Estamos enredados todos, implicados todos, en esa maraña que es la vida cotidiana dentro de los márgenes establecidos por fuerzas que nos sobrepasan, fuerzas que a falta de rostro son conocidas simplemente como El Sistema; y como todo sistema, cada parte, cada pequeña parte movible es fundamental para que funcione la maquinaria, por mínima que sea su función.
Lo anterior es, en líneas generales, el argumento que Peter Kuper deja entrever sobre su novela gráfica titulada precisamente El Sistema, publicada recientemente por Editorial Sexto Piso. Esta historia es una aventura visual que viñeta a viñeta retrata una sociedad alienada, determinada a la mecanización de sus procesos vitales, haciendo que todos aquellos que respiren, lo quieran o no, estén comprometidos con cumplir su parte para que los engranes sigan en movimiento.
Pero más allá de la crítica social, El Sistema es un despliegue narrativo de gran fuerza que se da el lujo de desechar los diálogos para dejar que sea la imagen pura el vehículo por el que se transmita la historia común que muchos se niegan a mirar cuando caminan por las calles de su ciudad.