Archivo de la categoría: Columnas

Lamento del Carnero

por Josué Andrés Moz

El principio del terror es una página en blanco. La memoria arroja su sangre por la nuestra. Ambición estéril escupen los años, ambición de encontrarse al otro lado del fracaso. Madre ¿me escuchas? Estoy escribiendo sobre una lápida que lleva el nombre de tus hijos & de los nietos que no llegaste a conocer. Nada. Nadie tiene sentido. Ninguna mano tapa mi vergüenza, ningún latido esconde mi morir. Me duelo doliendo tu dolor; me lloro viéndome llorar tu llanto. El principio del terror es una colmena que se agita, una lengua que se desliza por la espalda, un silbido que atraviesa los huesos, el páncreas, el hígado, los pulmones. He llegado para observar tus restos & los restos de mi niñez, para verme devorado por espejos & escuchar tu canto silenciando mis pupilas. Otra vez nazco derrotado en esta tierra, sobre dos guantes blancos & fríos, sobre el aroma ruidoso de la tristeza. Desde aquí te escribo, madre, desde tu vientre & mi renuncia. Este dolor no será importante para los periódicos, la conmiseración o para escribir un gran poema. No tendrá la estatura del vacío, ni cubrirá siquiera la geografía de mi soledad. Estoy solo desde antes que te fueras: desde que mi padre fue detestado por el suyo, enterrando los juegos a punta de patadas en sus costillas. El principio del terror es una cruz dibujada frente a mi voz, un abismo colmado por los colores del naufragio, una barca lluviosa recostada a las orillas del invierno.

Club de Cuervos: El último juego

por Job Melamed

Cuando me enteré de una seri sobre fútbol hecha por Netflix pensé que la odiaría y que me daría muchísima hueva verla, pero decidí darle una oportunidad por ser mexicana. ¡Vaya que me cerraron la boca!

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Desde el primer hasta el último episodio la serie logra mantener un ritmo de comedia trágica que engancha. Ya sea por el carisma de Chava (Luis Gerardo Méndez) o por las implacables ganas de comer un elote que genera Isabel (Mariana Treviño), los Iglesias nos llevan por una emocionante carrera a la victoria. Pero estoy casi seguro de que ya vieron las tres temporadas anteriores por lo que no creo sea necesario hacer una revisión de todo lo que ha pasado.

La cuarta temporada es el perfecto cierre. Aunque nos dieron La balada de Hugo Sánchez y regresaron a uno de nuestros favoritos, el Potro, en “Yo, Potro”, nos habían dejado en ceros en qué pasaría en la historia principal; muchos teníamos la especulación de ver más de los Cantú y la deuda millonaria que se tenía con ellos, pero Netflix y los escritores tomaron una buena decisión al pasar de ellos y entregarnos un nuevo reto: ganar la liguilla.

La publicidad manejada de “La peste negra” ha sido brillante por la forma en que se entremezcla con la trama de la historia y cómo se acopla una a la otra a la perfección.

Sin embargo, el último capítulo deja bastante que desear, no sólo porque dura casi hora y media, sino también porque no deja mucho a la imaginación, contando todo lo que pasa en el futuro de los personajes, y sí, entiendo que es para dar un cierre completo, pero me hubiera gustado un poco más de expectativa.

Espero que si aún no ven la serie le den una oportunidad y si ya vieron todas las temporadas, como yo, ojalá la hayan disfrutado. Tengamos fe en que Netflix saque series mexicanas igual o más buenas.

¡CUERVOS, CUERVOS, AAAGH!

RONDALLES MALLORQUINES Nº 8: UN CONQUISTADOR.

Me complace traducir de nuevo, para los lectores de Cinco Centros, otra de las rondallas de Jordi des Racó. Espero que os guste.

                                                               por Josep Maria Alcover i Sureda

                                                                                       traducción de María Mañogil

 

Esto era una madre que tenía un hijo, lelo del todo, que se llamaba Pere.

Ya había rebasado los treinta y no había sido capaz nunca de hablarle a ninguna muchacha.

Su madre le llegó a decir:

-¡Tendrías que mirar de ir a cortejar un poco!

-¡Si yo no sé qué tengo que decir!- respondió él.

-¡Mira, -dice la madre al cabo de un par de días- se acabaron las excusas! ¡A cortejar vas a ir sea como sea

-¿Y dónde queréis que vaya?- dice él.

-¡Dios bendito! ¡Ve a María Aina del hilo!

María Aina del hilo era hija de una que, en otro tiempo, fue vecina suya.

-¡Qué le he de decir? -pregunta Pere.

-¡Cómo qué le has de decir! -responde la madre- Le dices: ¿Cómo va?, ¿quieres sentarte?

Pere se va a casa de María Aina un domingo por la tarde y la encuentra en el portal con su madre, que se iban a la iglesia.

-¿Cómo va?- dice el mequetrefe- ¿quieres sentarte?

-¿No lo ves si quiero sentarme o estar de pie?- dice María Aina. Y le dio la espalda, y partieron las dos y se fueron hacia la iglesia. Pere se quedó en medio de la calle como el gato d”en Pelacanyes1 ,

hasta que al fin regresó a su casa.

 -¿Cómo ha ido? -le pregunta la madre.

-Mal -responde él. Y le cuenta el episodio.

-Pues cuando vuelvas,- dice ella- has de decir: ¡Cortejemos, cortejemos!

-Así lo diré, pues.- exclama Pere.

Al cabo de un par de días se va, y justamente a María Aina se le había muerto su padre y se encuentra la casa llena de gente, llorando y haciendo unas caras bien tristes.

Atisba a María Aina sentada en una silla, que tenía los ojos como tomates de tanto llorar.

Se le acerca y le dice:

-¡Cortejemos, cortejemos!

-¡Ah, pedazo de bestía! -exclamó todo el mundo- ¡Y con el muerto de cuerpo presente, y con la pena y trastorno de esta casa, ¿vienes a buscar flirteos? ¡Sacadlo fuera, sacadlo fuera!

Y lo sacaron con cajas destempladas.

El hombre vuelve a su casa y su madre le pregunta:

-¿Cómo te ha ido?

-Mal.- dice él. Y le cuenta el episodio.

La madre, al escucharlo, le dice:

-Pues tendrías que haber dicho: En el cielo lo veremos.

-Ya lo sabré para otra ocasión- respondió.

Al cabo de un mes, vuelve y los encuentra haciendo matanzas y empezaban a descuartizar al cerdo..

-¡Ave María purísima!- grita Pere desde el portal.

-¡Sin mácula concebida!- le contestaron.

El hombre se mira un rato al cerdo y dice:

-En el cielo lo veremos.

-¿Al puerco quieres ver en el cielo, pedazo de asno?- exclama toda exaltada la madre de Maria Aina- Si no tienes más burradas que decir te puedes ir por dónde has venido.

Pere no tuvo más remedio que hacerlo así.

-¿Cómo te ha ido?- le pregunta su madre.

-Mal- respondió él. Y cuenta el episodio.

La madre le reprende: -Tendrías que haber dicho: ¡Muchos y bien grandes!

-Ya lo sabré para otra ocasión- responde él.

Al cabo de otro mes, vuelve.

Encuentra a María Aina que le curaban un bollo que le había salido en el cogote.

-¡Ave María purísima!- dijo, y entró.

-¡Sin mácula concebida!- le respondieron.

-¡Muchos y bien grandes!- anunció mirando el chichón de María Aina.

-¡Uno solo casi me mata!- exclamó ella- ¿y tú pedirás que me vengan muchos y grandes? ¿Bestia, más que bestia! ¿Sal de aquí antes de que te echen!

Pere se tuvo que ir como perro apaleado, con el rabo entre las piernas.

-¿Cómo ha ido?- le pregunta su madre.

-¿Cómo va a ir? Mal. -Y contó el episodio.

La madre, cuando lo escucha, le suelta ésta:

-Pues habrías de haber dicho: Que se seque y no rebrote.

-Lo sabré para otra ocasión.- respondió.

Al cabo de otro mes, vuelve, y encuentra a María Aina sembrando un clavel.

-¡Que se seque y no rebrote!- exclama Pere en cuanto la ve.

-¿Que ya lo volvemos a tener aquí, al alcornoque, soltando memeces y estorbando?- grita ella exasperada- ¡Ale! ¡Fuera, cabezón!

Y Pere no tuvo más remedio que irse.

-¿Cómo ha ido?- preguntó su madre cuando lo vio.

-Muy mal- respondió él. Y le cuenta el episodio.

La madre le suelta:

-Habrías de decir: Tierno por fuera, arraigado por dentro.

-Lo sabré para otra ocasión- murmuró él.

Al cabo de un mes más, vuelve.

Encuentra a María Aina que le sacaban una espina de endrino que se le había clavado, bien clavada, en un pie, y tenía un dolor insufrible.

-¡Tierno por fuera, arraigado por dentro!- gritó Pere en cuanto entró y vio la escena.

Cuando lo escucharon, enfilaron hacia él y le dijeron las mil pestes, le pusieron los carrillos colorados a bofetones y lo acompañaron hasta cerca de su casa con un par de fustas, y con cada golpe le hacían dar una vuelta entera.

Del vapuleo, tuvo que guardar cama ocho días, y se le quitaron del todo las ganas de volver a flirtear, y al pasar al lado de la casa de alguna chica, volteaba y corriendo para su casa.

Gato escaldado, de agua fría teme.

 

Manacor, diciembre de 1889.

1 Modismo utilizado en algunos pueblos de Mallorca en la época, que significa quedarse perplejo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo material, las costumbres, la cotidianeidad: entrevista a Liljana Arsovska

por Alejandro Vázquez

En el marco de la Red de Latinoamérica, el Caribe y China tuvimos la oportunidad de conversar con la traductora y especialista en literatura china, Liljana Arsovska, y aquí se las presentamos:

Liljana Arsovska: Mi nombre es Liljana Arsovska, en esta ocasión soy la coordinadora de uno de los cuatro ejes de este muy  importante seminario llamado Red de Latinoamérica, el Caribe y China, este es el cuarto simposio, digamos cuarto seminario. Este gran esfuerzo empezó en 2012, empezó a cargo de CECHIMEX, es el Centro de Estudios China-México que está dentro de la facultad de economía de la UNAM, sin embargo este esfuerzo también involucra a otras instituciones: yo trabajo en el Colegio de México y finalmente es un privilegio para nosotros cooperar, Colmex – UNAM, dos instituciones que se distinguen en la cuestión de la academia y Colmex con la cierta prioridad debido a los años que ha tenido el Centro de estudios de Asia y África, entonces la trayectoria de los estudios chinos allá, pues tiene más de 50 años. Pero este esfuerzo es muy debido, es muy necesario, puesto que china es lo que todos sabemos y necesitamos conocerla. Como le dije, son 4 ejes de estudio: política, economía, energía y el cuarto que engloba todo lo demás ciertamente, que es digamos cultura, lengua china, filosofía, pensamiento, literatura traducción etcétera, etcétera.La verdad orgullosamente tengo que decir que en estos 4 eventos 2012, 2014, 2016  y ahora 2018 hemos progresado mucho, podemos ver un cambio cualitativo y cuantitativo, por supuesto, en los estudios sobre china y en general en el interés sobre China y la verdad es un gustazo tener más de 40 ponencias, durante 3 días apenas, de colegas latinoamericanos: tenemos ecuatorianos, argentinos, peruanos, chilenos y por supuesto muchos mexicanos, también está representando la universidad de Puebla, por lo tanto la vamos a tener, la presencia de los colegas de Puebla el ultimo día en la mesa digamos de chinos poblanos (ríe), eso fue broma, de la migración china en México. Eso es lo que estamos haciendo aquí en la UNAM y le agradecemos a ustedes el interés y sobretodo venir a esta entrevista, particularmente yo tanto en el Colegio de México, digamos, mi trabajoes la enseñanza de la lengua china, la investigación de lingüística y la traducción de literatura contemporánea china, es a lo que me dedico y en los últimos años, afortunadamente, empezamos a ver ya algunos frutos de nuestro trabajo en el mercado mexicano, empieza a haber traducciones directas del chino a español de literatura contemporánea gracias al gran esfuerzo de la editorial Siglo XXI que ha abierto sabiamente las puertas a esa literatura, que es muy poco conocida en México y cuando hablo de México hablo también de Latinoamérica. Entonces aquí estamos hablando de no solo abrir las puertas sino también hacer el trabajo necesario para atraer, para cultivar el gusto del lector hispanoamericano hacia una literatura que es nueva, que tiene sus características. Por más que podemos hablar de globalización en otros terrenos finalmente el sello que culturalmente tiene cada etnia, cada pueblo, pues, yo creo que se refleja en el arte y la literatura, finalmente es eso.

Entonces estamos en esa ardua tarea que, sin embargo, es también muy recompensante en términos de, pues , de dar gusto, da gusto ver de pronto que la literatura contemporánea poco a poco está penetrando en Hispanoamérica, con dos efectos que yo espero, como traductora, dos efectos que para mí tiene la literatura en general y por supuesto la china en particular. Uno: un goce emocional, eso que te da un buen libro, esa estética, esa belleza del lenguaje, eso es una cosa, el efecto que queremos provocar, pero tal vez pongo en primer lugar lo segundo: para mí lo importante es usar a la literatura china como una enorme ventana para conocer a china, puesto que actualmente china en México se presenta en las estadísticas, se presenta en los informes, en los reportes, en, digamos, información de banco mundial donde vemos al monstruo que llegó , el enorme país y que muchos de nosotros ante, digamos, esa, entre paréntesis, repentina llegada china muchas veces nos asustamos, incluso,bueno, todo este poderío no deja de provocar también ciertas envidias. Finalmente, detrás de este poderío y detrás de estas cifras rimbombantes,  detrás de todo lo que ciertamente intimida un poco al mundo, como usted lo sabe, pues está otra China, está la China real, está la China del hombre que de pronto trata del campo migrar a la ciudad para ganar un poco más, dejar a la familia, dejar a los hijos, está la migración interna en China, que está implicando movimientos en todos los sentidos, que por supuesto genera muchos conflictos sociales. Está aquella China donde los extremos son cada vez más evidentes, donde las desigualdades también de pronto, en ese vertiginoso proceso económico, unos van más adelante y en otros hay un rezago, y finalmente eso es de lo que padecemos en México, en China también, el gobierno tiene mucho cuidado, por ejemplo, para que no llegue a estos extremos pero finalmente la literatura refleja eso. La literatura no va a estar basada en una estadística de la tasa de crecimiento del PIB, al literatura se basa en eso, en el ser humano, lo que está detrás de todas estas tasas y de toda esta pantalla y eso es lo que lo que yo quiero.

La literatura china contemporánea, puede ser que no todos los chinos escritores son premios Nobel ni premios de etcétera, pero no,  la literatura tiene que tener además de ese gran goce estilístico, lingüístico y esa historia intrínseca que de pronto te provoca emociones , debe de ser una ventana que nos permita conocer a China, tenemos obligación de conocer a China ya no se trata de que “¡Ay! ¡Mira a mí me llama la atención!”, no, no, no, ahora China es el segundo socio comercial de México, entonces de pronto, si tú y yo somos socios, supongo que quieres conocerme, ¿no?, con quien te asocias, ¿no? Creo que eso debe de pasar al nivel de países porque finalmente un país es reflejo del individuo entonces es hora de que México y Latinoamérica conozcan a su segundo socio comercial.

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Alejandro Vázquez: Con respecto a la cuestión de la traducción, hasta qué punto puede haber una intersección de idiosincrasias

Liljana Arsovska: En el proceso de la traducción del chino al español encontramos dos dificultades, obviamente la dificultad lingüística, que para mí no es tan seria, eso se resuelve. Para mí la dificultad que justamente a  lo que te refieres, dicho de otra manera, que tenemos que brincar y que muchas veces causa, no diría dolores de cabeza pero sí un continuo ir y venir sin poder tomar decisiones, es la diferencia cultural, la diferencia cultural que está implícita en cada trabajo de arte y en este caso en la literatura. Diferencia cultural que yo le llamo de tres niveles. Nivel básico: material como por ejemplo pueden ser alimentos, vestidos, muebles etcétera. Segundo: costumbres ese es el segundo nivel, tradiciones, costumbres. Pero el tercero es todavía más difícil, es aquello que todos tenemos digamos la superestructura del pueblo chino, la mente, la forma de pensar. Entonces tenemos lo material, las costumbres, la cotidianeidad, la vida colectiva y finalmente tenemos el modo de pensar, de concebir una misma realidad de diferentes formas y eso en el proceso de la traducción. Yo creo que es algo que el traductor tiene, está siempre en una encrucijada tomando decisiones, ¿cómo resolverlo?,¿satisfacerte a ti, el lector mexicano y entonces sacrificar el contenido cultural original?, ¿obligarte a ti, el lector mexicano, a que te cultives y aprendas como son los chinos?, ¿a costa de qué? A costa de interrumpir un cuento fluido para poner una nota de pie de página, a nadie nos gustan las notas cuando leemos literatura, ¿o buscar una especie de compromiso, buscar algo en medio. Entonces esas son las decisiones que un traductor toma prácticamente con cada palabra que a veces pone en un texto,porque, sobretodo cuando hablamos del chino, mi referencia muy constante para que el público entienda más fácil lo que quiero decir es por ejemplo, cuando tu traduces o lees una novela francesa, inglesa, alemana italiana incluso de los pueblos eslavos, rusa etcétera,  tú no tienes tanta brecha cultural diferente porque ellos también son judeocristianos y ellos también son greco-romanos en términos de una herencia cultural y religiosa la primera ¿no?, entonces tu lees una obra francesa y te dice “Se erigió cual Napoleón” a ti no tengo que decirte quien es Napoleón, pero si te digo de pronto en una novela china “Se erigió cual Liu Zhengzhou“ pues tú no tienes idea quién es él entonces ahí es obligatorio un tratamiento cultural o una nota etcétera, pero eso es lo interesante. Finalmente esos ejemplos míos creo que un poco justifican esa gran denominación solamente pragmática más que teórica entre occidente y oriente, aunque no estamos hablando solamente de geografía, estamos hablando simplemente de dos palabras que queremos distinguir algo entre lo que hay mucha distancia, mucha más distancia que entre que será México – España, Italia, Francia, es mucho más grande.

Alejandro Vázquez: Una última pregunta tuvimos la oportunidad de leer los libros que sacó apenas siglo XXI, lo discutimos en la revista y nos pareció genial, la pregunta viene a lo que hace el traductor en este caso,¿es una interpretación o es escribir una obra completamente nueva?

Liljana Arsovska: El respeto al autor, a la idea y a la cultura china es absoluto, es sobretodo reverencial, reverencial sin embargo donde se sacrifican eventualmente elementos culturales, donde yo los sacrifico con facilidad, entre paréntesis, es en la cuestión más básica, la material; vuelvo a decirte,distraerte de una historia amena y sobre todo secuencial, con una nota, por ejemplo dices “Juan comió -que será- mole”, eso se lo llevas a la cultura china, por supuesto que yo quiero que ellos conozcan el mole, pero eso no lo voy a resolver con un asterisco y nota de pie que de pronto distraiga voy a buscar forma, tal vez “Juan comió mole, que era una olorosa salsa con cien tipos de..” agrego algo que permite la fluidez de la lectura y que permite la aclaración para que no quede “mole”así, en el contexto perdido, pero eso no se puede considerar como reescritura total de la obra eso simplemente son técnicas de traducción.

Rondalles Mallorquines No. 7: Dos rondallitas cortitas

por Antoni Maria Acover i Sureda

Traducción de María Mañogil

He elegido, para esta quincena, dos breves cuentos. Como siempre sacados de la literatura popular balear, y que llevan cada uno de ellos una moraleja que Jordi d’es Racó supo una vez más escuchar, entender y plasmar finalmente en su obra. Deseo saber traslucirlos de la mejor manera posible, y que no se me escape nada entre el mallorquín y el castellano, ni al trasladar el lenguaje de aquel tiempo al de éste. Espero que disfrutéis de estas dos rondallitas.

EL REY Y UN CARBONERO*

Una vez el rey, cazando cazando por dentro de un bosque, encontró a un carbonerito que bregaba en una pequeña fosa, y le dice:

-¿Y con esta miseria de carbón que podéis conseguir os ganáis la vida?
-Sí, señor; y más le diré: pago deudas, presto dineros con interés y hasta los tiro por la ventana.
-¿Y cómo puede ser esto? -decía el rey sin poderse avenir-. Veamos, explicaros.
-Ya os explicaré, ya -dice el carbonerito-. Mirad, yo mantengo a mi padre y a mi madre, que ya no pueden trabajar de viejos que son, y con esto pago la deuda que tengo con ellos de cuando era pequeño y me sustentaron tantos años sin yo hacer nada. Además mantengo a dos niños pequeños que tenemos, con la confianza que ellos me mantendrán a mí cuando sea viejo; y a esto le digo prestar dineros con interés, con la idea de que algún día me los devolverán. También tengo una hija soltera, que mañana o pasado mañana se casará, y los dineros que me gasto en ella digo que los tiro por la ventana, porque al casarse se irá, y quien sacará provecho será su marido.

El rey se quedó sin palabras al percibir la agudeza de aquel carbonerito: le pone un puñado de doblers** de veinte en la mano y se va a seguir con su caza.

*Me la contó mi madre. (Nota del autor).
** El dobler es una moneda de cobre equivalente a dos dineros, que se utilizaba en las Baleares creo que allá por el siglo XVI. (Nota de la traductora).

Imagen pública
Imagen pública

LA PENITENCIA DE LA BEATA*

Esto era una beata que se fue a confesar. Debía haber hecho alguna de bien gorda porque el confesor le dice:

-Como penitencia ayunarás mañana.
-Que me lo dé por escrito, pues -dice ella-, porque soy corta de memoria y entonces no lo recordaré.

El confesor le escribe en un papel: “Ayunarás mañana”, y se lo da.
Ella se lo pone dentro del bolsillo y se va a su casa. Al día siguiente, al salir de misa, aborda a un hombre y lo embiste con el papel.

-¿Sabes leer, hermanito?
-Sí sé.
-Hazme el favor de mirar qué dice esto.

Aquel hombre agarra el papel y lee: “Ayunarás mañana”.

-¿Mañana? -dice la beata-. Mañana no es hoy. Hoy puedo comer.
Y se mete un almuerzo con todas las de la ley.

Al siguiente día, cuando salía de la misa, vuelve a dar el papelito a leer, y ya lo creo que también se lo leyeron: “Ayunarás mañana”.

-¡Y pues! Ya veremos mañana -dice ella.
Y se vuelve a pegar un atracón hasta atiborrarse.

Cada día hacía lo mismo de dar a leer el papelito a alguien, y al escucharlo siempre decía:

-Hoy no es mañana.
¡Y venga una buena comilona!

Así se libró de hacer la penitencia que le habían impuesto.

* Me la contó mi padre. (Nota del autor).

Rondalles Mallorquines no. 6: La hija y la hijastra del molinero

por Antoni Maria Alcover i Sureda.

Traducción de María Mañogil

Prosigo mi viaje a través de la literatura de Mallorca -la bella isla mediterránea donde nací-, acompañada y guiada por la mano de Jordi d’es Racó. Esta vez con una historia que le contó doña Catalina, de Campanet, y que él decidió inmortalizar en uno de los veinticuatro tomos de los que está compuesta su obra, Aplec de Rondalles Mallorquines. Espero que os guste o que os disguste, especialmente a las Catalinas, a quienes mando un afectuoso saludo.

Es fangar, Campanet - Imagen pública
Es fangar, Campanet – Imagen pública

LA HIJA Y LA HIJASTRA DEL MOLINERO

Esto era y no era un molinero de Sa Pobla que tenía una hija, a la que habían llamado Catalineta, bien graciosa, bonita e ingeniosa. El molinero cayó viudo y se volvió a casar con una viuda que tenía una hija que se llamaba Catalinota, grosera, arisca y cascaciruelas. El molinero le dijo un día a Catalineta:

-¡Catalineta, devuelve la harina a los gigantes de la cueva de Es Fangar!

Es Fangar es una posesión de Sa Pobla hacia Campanet, a pie de montaña. En aquel tiempo, en una cueva de esa posesión habitaba un pelotón de gigantes que vivía de lo que cazaba. Eran unos gigantes muy buena gente que no se metían con nadie mientras no se metiesen con ellos. Ya lo sabían pobleros, campaneteros y bellacos, por eso nadie los incordiaba y los dejaban tranquilos. Llevaban el trigo a aquel molinero, que lo molía y les devolvía la harina, eso sí, después de bien y bien molido. El molinero tenía un recadero y éste solía llevarles la harina a los gigantes de la cueva de Es Fangar, pero justamente ese día el recadero estaba enfermo y enviaron a Catalineta: cargaron el saco sobre el caballo y amarraron a la muchachita encima, le dieron el ronzal, dijeron ¡arre!, y aquel caballo hacia la cueva de Es Fangar. Cuando estuvo frente a la cueva, el corcel se detiene, Catalineta desmonta y entra en la cueva, grita que grita:

-¿Quién hay en la casa de Dios?, ¿quién hay aquí? ¡Salid, que os traigo la harina!

Bien que voceó la chica, pero nadie le respondió. ¿Y qué hace ella? Así como puede descarga el saco, lo mete en la cueva, se percata de que todo está un poco sucio y desordenado; y barre y sacude y avía, y al momento lo deja todo limpio y engalanado. De pronto ¡tac!, llegan los gigantes, reparan en todo cuanto acababa de hacer Catalineta por ahí adentro y quedan tan agradecidos y satisfechos que se reúnen y dice el cabecilla del grupo:

-Se merece esta muchacha que le demos un don; bastante que se lo ha ganado.
-¡Bien pensado! ¡Bien pensado! -dicen todos-. El jefe que diga cuál ha de ser ese don.
-¡Ya lo diré, ya! -dice aquél-. El don ha de ser que, al abrir la boca Catalineta, por cada palabra que salga de ella, le brote una peseta.-¡Aprobado! ¡Aprobado! -aplaudieron todos los gigantes.
-¡Muchas gracias! -dice Catalineta, y ¡zas!, le cayeron de la boca dos pesetas por las dos palabras que acababa de pronunciar.

Catalineta recoge aquellas dos pesetas, se las embolsa, se sube al caballo y ¡hacia el molino! Cuando su padre, su madrastra y su hermanastra se dieron cuenta de que, al decir Catalineta cualquier palabra, de pronto le caía una peseta de la boca, imaginaos cómo se quedaron de pasmados. Su padre estaba contentísimo; en cambio, la madrastra y la hermanastra no lo podían soportar, la envidia les corroía. Catalineta, como era tan buena chica, todas las pesetas que le brotaban de la boca, tantas como palabras decía, se las entregaba a su padre, y su padre que daba saltos de alegría, y la madrastra y la hermanastra que se encrespaban y se las llevaban los demonios., hasta que un día la madrastra le dice al molinero:

-¿Y qué no volvemos a tener grano para moler, de los gigantes de la cueva de Es Fangar?
-Sí que tenemos- contesta el hombre.
-¡Pues ve a molerlo! -suelta la madrastra-, y mi Catalina les llevará la harina.
-¿Y por qué? -dice el molinero- ¿Para ver si regresa de la cueva así como regresó mi Catalineta, que al decir cualquier palabra, le cae de la boca una peseta?
-¡Veo que me entiendes! -asiente la molinera-. ¿Y qué no te gustaría?
-¡De acuerdo, de acuerdo! -responde él- ¡Hala, pues! Hagamos la harina de los gigantes de la cueva de Es Fangar.

Vierten el grano en el molino y al poco tiempo estuvo molido. El molinero maquila, llena el saco, lo asienta sobre el caballo, llama a la hijastra y le dice:

-¡Hala, Catalina, arreando! ¡Veamos si vuelves como la otra Catalina!
-¡Haré todo lo posible! -dice la groserota.

Se sienta a horcajadas sobre el animal y ¡hacia la cueva de Es Fangar! Pronto llega allí, desmonta pegando un bote, se mete dentro de la cueva, grita que grita:

-¡Hala,vosotros de aquí adentro! ¡Salid deprisa que os traigo la harina! ¡Venga, zánganos, salid ya! ¿O queréis que os lo entre yo, el saco? ¡Si no salís lo tiro al suelo y me voy!

En esto, los gigantes vuelven de cazar; y ella, toda inquieta, se pone a sermonearlos sin ningún miramiento ni respeto. Los gigantes descargan el saco y se lo llevan dentro de la tahona, desoyendo a Catalinota, viendo que era tan insolente, desabrida y descarada. ¿Y qué me diréis? Cuando ella vio que los gigantes se largaban sin intención de concederle el don con que habían agraciado a Catalineta, les suelta:

-¡Ueep, so tacaños! ¿Y así me despacháis? ¿Qué me tengo que ir, así como vine?

Los gigantes, al escucharla, se miran entre ellos y dicen:

-¡Oh, qué chica tan estúpida, pedante y maleducada! Ahora querría que le otorgásemos el mismo don que a Catalineta. ¡El premio es para quien se lo gana! ¡Catalineta se lo mereció; ésta no! Para que no regrese así como ha venido, plantémosle una trompa detrás, y que cada vez que abra la boca le haga: ¡brraah! ¡brraah!

-Nada, pues -dice el cabecilla-. Que le salga esa trompa y que al decir cada palabra, le suene ipso facto: ¡brraah! ¡brraah!

A Catalinota, viendo que los gigantes no asomaban, se le acabó la paciencia, se sube de un salto al caballo y ¡hacia el molino!, toda ofendida y enfurruñada. Y lo gracioso fue cuando llegó a su casa, que a la primera palabra que dice la trompa le hace de pronto: ¡brraah! ¡brraah! Y tantas palabras como pronunciaba, venga a hacerle la trompa: ¡brraah! ¡brraah! Imaginaos la rabia que les debió entrar a ella y a su madre, y la risa que debía entrarles a los otros cuando escuchaban aquel barritar de la trompa que llevaba enganchada detrás. Incluso el molinero se reía, y Catalineta se encerraba en su habitación porque no podía aguantar las carcajadas ante tal extraño espectáculo, y no quería que la madrastra la sorprendiera con la risotada en la boca. La molinera estaba hecha una furia al ver a su hija de aquella manera, y lo que la angustiaba más era que, como Catalinota cortejaba, cuando viniera su pretendiente y escuchase el brraah, brraah, que nunca paraba al pronunciar la chica cualquier palabra, él se lo tomaría mal y no volvería a aparecer por la casa. ¿Y qué hace ella? Se va al pretendiente de la niña y le suelta:

-Mira, tú. Mi Catalina ha ido a confesarse y el cura le ha puesto por penitencia que no ha de decir palabra hasta que se case.

El novio, que era un poco memo y no había encontrado a ninguna otra muchacha que lo quisiera, con la esperanza de que Catalinota tendría alguna cosa porque los de aquel molino parecían gente pudiente, se resignó a casarse con aquella arpía. Disponen la cosa y a los ocho días se casan, sin que Catalinota abriese boca hasta que al fin estuvo casada. Pero lo bueno fue al salir de la iglesia, cuando todos les daban la enhorabuena, y ella ¡boca lacrada!, sin hablar ni chistar, por miedo a lo que pasara. El marido, ya un poco molesto, le dice:

-¡Vaya, mujer, a ver si hablas! ¡Que Cristo hablaba y estaba en la cruz! Si el cura te puso por penitencia que no podías abrir boca hasta estar casada, ahora ya lo estás. ¡Así que habla!

La esposa se vio tan presionada que no tuvo más remedio que responder agradeciendo las felicitaciones, ¡pero buena la hizo! La trompa que los gigantes de la cueva de Es Fangar le plantaron detrás, empieza a sonar: ¡brraah! ¡brraah!, por cada palabra que decía la taruga. Aquello fue un escándalo: todo el mundo se echó a reír, y ríe que ríe, y el novio y toda su familia más avergonzados que no sé qué deciros. Y la molinera hecha un demonio, al igual que la novia. Y el molinero todo abochornado y con un miedo horrible a echarse a reír también.

Y la cosa acabó tan mal que la novia se desmayó y se la tuvieron que llevar en una parihuela hasta su casa y encamarla; y el novio dijo que allí había habido un medio engaño y que daba por nulo el casamiento. Devolvió al molino el ajuar de ella y todos los demás bártulos y no quiso saber nunca más nada de Catalinota, quien no supo desprenderse nunca de aquel demonio de trompa que los gigantes de la cueva de Es Fangar le habían plantado detrás, y que no dejaba nunca de hacer ¡brraah! ¡brraah!, al pronunciar la majadera cualquier palabra.

Y pues, ¡no hubiese sido tan grosera, colérica y pedante! ¡Más se merecía! Tomad ejemplo, muchachitas que esto leéis sobre Catalineta y Catalinota, si no queréis salir escaldadas.

Rondalles Mallorquines No. 5: Las piernas de los concejales de Porreres

por Antoni Maria Alcover i Sureda

traducción de María Mañogil

Encontré, en mi paseo por la literatura balear, esta rondalla que Jordi des Racó rescató de la voz popular de su época, hace más de un siglo, e inmortalizó en su Aplec de rondalles mallorquines. Me pareció divertida. Y esta vez le tocó a Porreres, un entrañable pueblecito en el centro de Mallorca. Espero que os guste.

Porreres - Imagen pública
Porreres – Imagen pública

LAS PIERNAS DE LOS CONCEJALES DE PORRERES

En aquel tiempo en que los animales hablaban -como las rocas ahora-, hubo un concejal de Porreres que vino a la ciudad un día de fiesta y acudió a la misa en la Catedral.

Estaba todo el ayuntamiento sentado en su banco.  El porrerense se les quedó mirando, y os aseguro que no les quitaba el ojo de encima. Le vino muy de sorpresa que tantos concejales fuesen vestidos de la misma manera. El hombre no podía creer que todos vistiesen igual.

Vuelve a Porreres y se lo cuenta a los otros concejales de allá.

-En serio -decía-, os aseguro que si no fuese por los rostros y por la estatura, no seríais capaces de saber quién es uno y quién es otro. El vestuario es bien bien igual.
-Y debe lucir guapo -decían los otros-, ese arsenal de hombres con la misma indumentaria.
-¡Y tanto que sí- exclamaba él.

Así que resolvieron, nemine discrepante, hacerse todos un mismo traje, igual igual, y ponérselo el primer día que tuviesen que ir a misa. Y así hicieron. En la siguiente festividad que se celebra se presentan en la iglesia todos vestidos igual, sin más diferencias que la cara, la estatura y la talla.. Y ya lo creo que la gente no hacía más que mirarlos: no les quitaban la vista de encima, embelesados.

Comienza la misa. Todos se arrodillan, pero ni alcalde ni concejales se mueven ni se inmutan, sentados en su banco como estatuas. Leen el Evangelio. Todo el mundo se levanta, pero alcalde y concejales, bien alerta a moverse y bien sentados.

Porreres - Imagen pública
Porreres – Imagen pública

-¿Qué será esto? -decía la gente-. ¿Y no se han enterado de que la misa ya ha comenzado? Porque los ojos los tienen bien abiertos.

¡Y vaya si los tenían! Y bien que miraban a todas partes.

Llega el momento del Salmo y todos se arrodillan, todos menos los del ayuntamiento, que no se mueven, sólo meneaban los ojos.

-¿Pero qué demonios le pasa hoy al ayuntamiento? ¿Deben tener calambres por todo el cuerpo, el alcalde y los concejales?

Empezó el cura a leer el último Evangelio, y tampoco se movieron éstos. Todo el mundo se hacía cruces, y todo era un bisbís dentro de la iglesia. Se acabó la misa y la gente empezaba a escampar; y los del ayuntamiento clavados al banco. Aquí ya hubo muchos que no salieron para ver cómo acabaría aquello. El monaguillo, al percatarse, se va a los del ayuntamiento y les dice:

-Y bien, ¿a quién esperáis?
-Esperar, no esperamos a nadie -dice el alcalde-. Pero, hombre de Dios, debes creer y pensar que como nos hemos hecho estos trajes todos iguales, que uno no se distingue del otro, sentados en este banco tenemos las piernas mezcladas, y ahora no sabemos cuáles son de uno y cuáles son de otro. ¿No has notado que no nos hemos levantado en los Evangelios ni nos hemos arrodillado al comenzar el Salmo?
-¡Y tanto que lo he notado!, ¡y todos los demás, que se hacen cruces! ¡Aún así, habéis hecho una buena marranada!
-¿Y qué podíamos hacer nosotros, si no sabíamos distinguir las piernas? Por eso no nos hemos movido, para que no hubiese una desgracia al confundirlas.
-Y bien -dice el monaguillo-, ¿y ahora os tenéis que pudrir en este banco?
-Éste es nuestro quebradero de cabeza -dijeron todos los concejales-. ¿No nos darías una solución tú?

El monaguillo piensa un poco y dice:

-Ahora mismo.

Se va a la sacristía, coge un cordel de cáñamo que guardaba para uno de estos casos, lo dobla seis o siete veces, se lo ata por un cabo a una mano, se presenta frente al banco de los del ayuntamiento y ¡cordelazo va cordelazo viene contra las piernas de los concejales! Los heridos, tan pronto como sentían el vergajazo, gritaban con todas sus fuerzas:

-¡Aaay!
-Éstas son las tuyas -decía el monaguillo-. Y buenos cordelazos a las piernas de los concejales que veía quietas.
Y cada vez que escuchaba ¡ay!, decía:
-Éstas son las tuyas. Cógelas.

Así pues, con un gimoteo, ya no quedó ni una de las piernas de los concejales, delante del banco, porque todos escamparon bien deprisa, sin mirar si se llevaban sus piernas o las de otro. Lo que querían era huir del cordel del monaguillo, que tenía un arrebato del demonio.

-¡Este demonio de hombre! -decían ellos cuando estuvieron fuera-. ¡Esto es un demonio! ¡Nos las habría triturado, las piernas, si no nos hubiésemos dado prisa en escapar! ¡Pero lo que es suyo, dádselo! ¡Desliarnos las piernas, nos las ha desliado, sí!

No os digo nada de las risas que hubo en Porreres de esta anécdota de los concejales, que se acordaron toda la vida de la leccioncita del monaguillo.

¡Menos mal si uno se aprovecha de las lecciones que recibe!

Rondalles Mallorquines: Especial de Noche de brujas

por Antoni Maria Alcover i Sureda

traducción de María Mañogil

La noche de San Juan, al igual que en muchos otros lugares, se llena en Mallorca de hogueras y rituales, de conjuros y hechizos… No podía excluir del paisaje de mi paseo por la obra de Jordi d’es Racó a las damas de las escobas. Y aquí os dejo un par de historias sobre ellas para que quien lo desee venga a visitar nuestra preciosa isla y compruebe si son leyendas o no.

Feliz noche y feliz aquelarre.

Noche de San Juan
Noche de San Juan

LA CUEVA DE SON CURT D’ALARÓ

Dentro de Son Curt, justo debajo del Castillo de Alaró, hay una cueva no demasiado grande, pero sí bastante profunda. Se llama sa Cova de ses meravelles, la Cueva de las maravillas.

Dicen que en un tiempo, de allí salían las brujas por la noche y se dejaban caer por los alrededores para hacer de las suyas. En una ocasión, un tal Felet, mientras ellas merodeaban por allí, se puso a fisgonear y vio un enorme resplandor y una ciudad sin fin. Se va a Alaró corriendo y se lo cuenta a un par de amigos.

Al día siguiente a la misma hora se van todos juntos: se esconden por ahí al lado para ver salir a todo el brujerío. Al rato salió la cuadrilla, y unas tiraron hacia levante y otras hacia poniente, y otras hacia el Sur y otras hacia el Norte. Entonces aquellos salen de su escondrijo, se acercan a la cueva y observan, y ven el gran resplandor y la ciudad sin fin.

Felet se armó de coraje y se adentró en la cueva hacia aquella ciudad para ver qué era.

Aún no ha dado dos pasos cuando estalla un trueno tan espantoso que hace temblar toda la cueva y la montaña, y todos se dan de bruces contra el suelo.

Se levantaron así como pudieron y no vieron nada en el interior de la cueva más que negrura, tan espesa que la podían trinchar con una espada.

A quien no vieron fue a Felet; ni lo han vuelto a ver más. Caro le salió querer ver de cerca la ciudad de las brujas.

Noche de San Juan
Noche de San Juan

LA CUEVA DE JOANA

¿No habéis estado nunca en la Bona-Nova*? Pues bajando por el barranco del Mal Pas, hacia Bellver2 está sa Cova de na Joana, la Cueva de Joana. Y ahora os diré lo que sucedió una vez, según cuentan.

Dicen que un día, un muchachito chepudo, porque su madre lo había enviado, se fue por los alrededores de esta cueva para recopilar cuatro yescas para el fuego.

Para ver qué era aquella cueva, entra en ella y encuentra a Joana, una bruja, rodeada de una cuadrilla que, formando un corro, bailaban cogidas de las manos, brincando y retozando como cabritos.

Cuando ven a aquel jorobado, se detienen y dicen:

-¡Oh, qué chico más apuesto!¡Ven, bailarás con nosotras!

Y el muchacho, lejos de huir o de avergonzarse, se acerca y se une al corrillo, mano a mano con aquellas brujas, ¡y buenos bailoteos!

-¡Oh, qué bien baila este retaco! -decían todas. Y venga brincos y piruetas.

Y siguiendo el compás, cantaban:

-Lunes, martes, miércoles, tres;
jueves, viernes, sábado, seis.
Lunes, martes, miércoles, tres;
jueves, viernes, sábado, seis.

Y el chico que cantaba como un ruiseñor.  Joana de pronto dice:

-¡Parad un momento! ¿No es verdad que este muchacho es bien plantado y se merece que le hagamos un regalo?
-¡Sí que lo es! ¡Sí que lo es! ¡Sí que lo es! -gritaron todas.
-Pues nada -dice aquella-, le quitaremos la chepa.

Y aún no había acabado de decirlo, cuando ya le había dado manotada, y ya lo creo que se la quitó, a la chepa. El chico se fue todo contento a su casa con un beso de cada bruja y el fajo de leña sobre la cabeza.

¡No os digo nada! Cuando la madre lo vio sin la chepa y tan erguido, se quedó de piedra, y más cuando él le contó todo cuanto había pasado, con pelos y señales.  ¿Qué me diréis? Llegó a oídos de una vecina que tenía uno también, de hijo chepudo, y le dice:

-Ve ahora mismo a la Cueva de Joana, a ver si te quitan este pimpollo que llevas en la espalda.

Se va, y encuentra a las brujas bailando con gran fervor.

-¡Ay, qué jovencito más apuesto! -dijeron al verlo-. ¡Vaya, ven a bailar con nosotras!
-¿Y sabéis si tengo ganas de bailar? -dice él, bastante molesto.
-¡Tanto si tienes como si no! -responden ellas.
-¿Ah sí? -replica él.
-¡Ah sí! -dicen ellas.

Y ya lo tenían cogido cada una por una mano, y hala, buenos brincos, vueltas y más vueltas alrededor de Joana, que daba el compás. Y cantaban:

-Lunes, martes, miércoles, tres;
jueves, viernes, sábado, seis.

El chico las interrumpe:

-Y domingo, siete.
-¡Uei -suelta Joana-, esto no lo hacen los niños, interrumpir a los mayores! ¡Alerta a decir más que nosotras!

Y vuelven todas a lo suyo

-Lunes, martes, miércoles, tres;
jueves, viernes, sábado, seis.

-Y domingo, siete -interrunpe de nuevo el chico, presuroso.
-¡Uei, querido! ¿No te he dicho que los niños no deben interrumpir a las personas mayores y que tengas cuidado con hablar más que nosotras? ¡Que te sirva de advertencia si no quieres llevarte un escarmiento!

Y vuelven todas a hacer el corrillo, y baila que baila y canta que canta:

-Lunes, martes, miércoles, tres;
jueves, viernes, sábado, seis.

-Y domingo, siete -dice el desaborido.
-¡Uei! -le increpa Joana, toda exasperada-. ¡Quien hace tres, burro es! Ya que eres tan tozudo, te llevarás otra, de chepa: una detrás y una delante, y así el equipaje te será más compartido!

¿Y qué me diréis? Le pega zarpazo a la joroba que le habían quitado al otro, que aún estaba en lo alto del vasar, y la plantan en medio del pecho de aquel desgraciado, que regresó a casa montando un escándalo, entre llantos y lamentos, cuando se veía con las dos chepas, una detrás y otra delante.

¡Hala, pues! Así aprendería a no ser desobediente y poco prudente al hablar. Por esto, ¡alerta a conversar nunca de más!

* Santuario a una horita de Palma, desde el cual se ve toda la bahía, el puerto y la ciudad.
** Colina coronada por un castillo del siglo XIV, de los antiguos reyes de Mallorca.

 

Rondalles Mallorquines No. 4: De cuando los andragenses acudieron a un mentor de la ciudad en busca de consejo

por Antoni Maria Alcover i Sureda

traducción de María Mañogil

 

Si bien esta rondalla muestra un contenido claramente burlesco -y vivimos en esta época donde incluso parte de la literatura, y en consecuencia de la historia, se considera una grave ofensa por quien la reproduce o divulga, por el mero hecho de reproducirla o divulgarla- no deja de ser literatura y no deja de ser historia. Nuestra literatura y nuestra historia.

He elegido traducir ésta que refleja la típica mofa de la que era objeto la gente humilde rural, por parte de los habitantes de Ciutat de Mallorca: Palma.

Hoy, aún usamos la expresión “de pueblo” como sinónimo de cateto o palurdo; ofensivo o no, son vestigios de nuestra cultura, nos guste o nos disguste.

Me ha parecido divertida esta rondalla y por eso la traduzco, siendo de hecho consciente de que tengo familiares nacidos en Andratx y que me juego la vida con esto.

Dios me coja confesada en la próxima reunión familiar, si llegan a leerla.

Espero que os guste y los pueblerinos no se lo tomen a mal. Si es así, pedidle cuentas a Jordi des Racó o a quienes se la contaron, si como decía él, siguen vivos.

Puesta de sol
Puesta de sol

DE CUANDO LOS ANDRAGENSES ACUDIERON A UN MENTOR DE LA CIUDAD EN BUSCA DE UN CONSEJO.

Los andragenses, en un tiempo, para venir a la ciudad partían por la mañana y regresaban al atardecer, al haber acabado sus quehaceres; y les sucedía, es fácil de ver, que por la mañana tenían el sol delante porque iban hacia levante y en la tarde lo volvían a tener enfrente porque iban hacia poniente. Tan exorbitante llegaron a sentir el resistero del sol que dijeron:

-Sería cuestión de reunirnos todos y ver si encontramos un camino para no tener que ir siempre de cara al sol, que así mismo es bastante pesado.

Se reunieron y convinieron que lo mejor era acudir a un mentor de la ciudad para que les diese un consejo sobre esto. Van al mentor y éste les dice:

-Lo tenéis muy bueno de arreglar. En lugar de salir de Andratx por la mañana, salid por la tarde; y en lugar de regresar de Palma hacia Andratx por la tarde, regresad por la mañana.

-¿Quiere decir que así nos irá bien?- preguntaron los andragenses.

-Me parece que sí- responde el mentor.

-Pues ya puede decirnos qué le hemos de dar por el consejo- dicen ellos.

-Haced las pruebas primero y después ya lo aclararemos- dijo el mentor, costándole bastante no soltar una carcajada.

Así que los andragenses, al día siguiente, al despuntar el alba, ya estaban de camino hacia Andratx. Llegaron sobre las diez, y ya lo creo que el sol no probó de pegarles en la cara, a no ser que se girasen hacia atrás. ¡Ya llegaron bien contentos y animados! Llaman a la gente, cuentan con todo detalle lo que les había pasado con el mentor y lo bien que les había ido al seguir aquel consejo.

-¡En fin- decían ellos-, todo el camino todo el camino, lo hemos tenido a la espalda, al sol, y bien a la espalda! ¡No ha probado nada, de pegarnos en la cara! Vaya, este mentor nos ha dado un consejo de primera. Hay que pagarle bien.

Todo el mundo estuvo conforme y enviaron a los dos mismos que habían ido al mentor a preguntarle qué gratificación quería. Fueron, y el mentor dijo que no quería nada.

-¡Poco a poco!- dijeron los andragenses al saberlo-. Esto no puede quedar así; si este señor no quiere retribución, hay que arreglarlo de una forma u otra.

Pensando, pensando, qué debían llevarle, salieron muchas ideas: unos hablaban de llevarle piñas, y otros, higos. Después de mucho discutir, resolvieron llevarle higos flor.

-¡Llevarle una canasta- dijeron- es una miseria! ¡Lo mejor será llevarle un saco y así habrá para todos los habitantes de la casa!

Dicho y hecho, llenan un saco de higos hasta el borde, lo atan bien atado, lo cargan en un mulo y aquellos dos mismos que fueron a buscar el consejo partieron una tarde hacia la ciudad con la bestia y el saco delante delante. A la mañana siguiente, antes de salir el sol, se presentan en casa del mentor; descargan, tocan y vuelven a tocar, porque no salía nadie a abrir. Por fin sale un criado y dice:

-¿Y ahora qué queréis?
-Traemos este presente para el señor- dicen ellos.
-¿Presente? -dice el criado- ¿Y dónde está?
-Qué pregunta -dicen los andragenses-. ¿Para qué tienes ojos? ¿Qué no lo ves a este saco? ¡Está lleno de higos, recolectados de ayer mismo y escogidos de uno en uno! ¡Vaya, que tendréis higos por más que comáis!

Cuando el criado los escuchó y reparó en que el saco chorreaba jugo que le salía por todas partes, mira a aquellos dos de arriba a abajo y les dice:

-Hermanitos, ¿de dónde sois?
-De Andratx -responden . Nada, ¿dónde va este saco? Dilo y te lo llevamos.
-Poco a poco -dice el criado-. Yo primero he de ver si el señor lo quiere.
-¿Y es que no está despierto aún?
-¡Ni de aquí a dos horas!
-Pues nada -dicen ellos-, ¿sabes qué haremos? Nosotros nos vamos a acabar cuatro tareas que tenemos y tú vacías los higos, y le dices al señor que son los andragenses que se lo envían por aquel consejo que les dio, de agradecidos que le están. Y nosotros ya pasaremos sobre las diez o las once y nos devuelves el saco.

Así lo hicieron; y al saberlo el mentor, le dice al criado:

-Mira, avisa al cocinero y al cochero, y cuando vengan los andragenses a buscar el saco, atadlos dentro del establo al comedero, bajadles los pantalones y alzadles la parte de atrás del faldar, y les tenéis que lanzar a las nalgas todos estos higos que han traído, porque ya no nos pueden servir para nada, tan aplastados como están, y ellos no se merecen nada más por mentecatos y paletos que son.

No os digo nada de cómo se las ingeniaron el criado, el cocinero y el cochero cuando vinieron los dos andragenses a buscar el saco, para meterlos en el establo y acercarlos al comedero. Cuando aquellos dos quisieron darse cuenta, ya estaban atados al comedero y con los pantalones para abajo y el faldar de atrás levantado. Y el criado, el cocinero y el cochero, ¡buenos puñados de higos para aquellas nalgas! Y no escuchaban más que clec clec clec, clec clec clec. Y los que lanzaban, ya se guardaban bien de ponerse a reír; y los que recibían, que no sabían qué tenían que hacer, de avergonzados que estaban de encontrarse en esa situación y del escándalo que se armaría si entraba más gente allá adentro y aquello se divulgaba por la ciudad. Y los criados, ¡buenos montones de higos hacia aquellas nalgas! Y los pobres andragenses que de cuando en cuando decían:

-¡Mira que si en vez de traer higos hubiésemos traído piñas! ¡Pobres nalgas nuestras!… ¡Nos las dejábamos en este establo!

Cuando ya no hubo más higos que tirarles, los desataron y les abrieron las puertas, y aquellos andragenses cogen el portal y de allí hacia Andratx. Para que los de allí no se riesen, dijeron que el mentor había quedado muy contento con el regalo, y que les había dicho que siempre que tuvieran que menester algún consejo, volviesen. Pero ellos se guardaron como de caer, de regresar.

Rondalles Mallorquines no. 3: 4 breves rondalles

por Antoni Maria Alcover i Sureda
traducción de María Mañogil

Continuando mi paseo por l’Aplec de Rondalles Mallorquines de Jordi des Racó y haciendo escala en el fascinante mundo de las leyendas y las supersticiones, he encontrado cuatro pequeños cuentos que deseo compartir con los lectores de Cinco Centros, pues son parte de la cultura de mis ancestros, y que aún en algunos pueblos de Mallorca se escuchan rumiar.  Como decimos por aquí: coses que conta sa gent, cosas que cuenta la gente.
Espero que disfrutéis de la lectura.

EL AGUA, EL VIENTO Y LA VERGÜENZA

Un día, estos tres se toparon y tuvieron una larga charla.
Cuando hubieron de separarse, dijeron:
-Tendríamos que volver a vernos alguna vez.

-Pues mirad -dice el agua-: a mí siempre me encontraréis en los lugares más bajos.

-Y a mí -dice el viento-, siempre es seguro encontrarme en las hojas de algún ciprés o de un olmo.

-Y a mí -dice la vergüenza-, no sé si me encontraréis si nos separamos, porque quien me pierde una vez ya no me vuelve a encontrar.

El caballo de Mahoma - Imagen pública
El caballo de Mahoma – Imagen pública

EL CABALLO DE MAHOMA

Mahoma tenía un caballo que, siempre que salía el sol, relinchaba.

-Es que saluda al sol -decía Mahoma a los suyos, que se lo creían de veras.

Y es que el bribón escondía una yegua un poco más lejos, y el caballo sentía el olor, y ya lo creo que soltaba unos buenos relinchos. Y los tontos de los moros nunca se percataron, porque ellos, al salir el sol, se ponen a orar con la cabeza gacha y la cara pegada al suelo, y así no podían ver la artimaña de Mahoma.

CÓMO ES QUE EN CUARESMA SE TOCAN LAS VÍSPERAS ANTES DEL MEDIODÍA

Dicen que el demonio le pidió una vez a Dios que le dejase llevarse a todas las almas de quienes muriesen en Cuaresma entre el mediodía y el atardecer.

-Bien -dijo el buen Jesús*- , te las puedes llevar.

Y enseguida decretó que durante toda la Cuaresma tocasen las Vísperas justo al lanzar a Dios al oficio, mucho antes del mediodía. Y el demonio no se pudo llevar a ninguna de aquellas almitas.

¡Vaya qué desengaño que se llevó! Podéis imaginar la rabia que le entró. Los pobres condenados lo debieron pagar.

Sa Sopegada des gegant - Imagen pública
Sa Sopegada des gegant – Imagen pública

EL TRASPIÉ DEL GIGANTE

Entre Llucmajor y Algaida hay una serranía que baja hacia la ciudad, y dentro de la posesión de Galdent forma una cresta que configura una especie de cavidad, algo así como una ranura de una veintena de palmos. Desde Llucmajor se puede ver perfectamente.

¿Sabéis cómo se hizo esa grieta?

Cuentan que fue que un gigante, que habitaba por allí, le tenía mucha tirria a otro gigante de la isla de Cabrera. Un día se apedreaban y se tiraban unas rocas como un par de carrozas engalanadas. Una de ellas cayó en el interior de Son Julià** y aún sigue ahí, que da hasta miedo de lo grande que es.

El hombre hizo tal esfuerzo al lanzarla, que resbaló, trastabilló, y con el dedo pequeño del pie formó aquella cresta: al expandirse el pedazo de tierra se quedó aquella sima, que por eso se llama Sa Sopegada des gegant, El traspié del gigante.

*Aunque parezca un anacronismo, referirse a Jesucristo como Dios, algo muy común en Mallorca, es correcto según la teología sistemática, ya que se contempla el nacimiento de Jesús sólo como humano en la Tierra, pero se le considera creador de ésta. (Nota de la traductora).

**Son Julià es una mansión construida en el siglo XV y que fue restaurada; hoy es un hotel rural. (Nota de la traductora).