por Iris Linnet
México es el país de mayor expulsión de migrantes en el mundo. Esto hace evidente la necesidad de hablar de migración en un país donde no sólo se expulsa, también se reciben miles de inmigrantes al año, quienes no tienen como destino final este lugar, sin embargo se han vuelto parte del paisaje. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de platicar con Rafael Ortega, coordinador del proyecto Forasteros: de migrantes, refugiados y exiliados, una exposición que alumbra un camino de peligros y tensiones a lo largo de las fronteras.
Iris Linnet: Me pareció muy interesante el formato de la exposición, el problema se expone desde testimonios y desde datos que impactan de inmediato, impactan porque no estamos acostumbrados a hablar de migración aun cuando es parte de nuestra realidad, y saltan de inmediato estas palabras: refugiado, exiliado y migrante, ¿cuál es la diferencia entre ellas?
Rafael Ortega: El principio del proyecto fue: vamos a hablar sobre el tema de la migración y de lo primero que nos dimos cuenta es que existía dentro de nosotros, al interior de la propuesta, pues un desconocimiento muy grande del tema, cuando hay gente que se ha dedicado a él durante muchos años, y creo que una de las cosas más interesantes con las que nos topamos es que existe una definición distinta que habla de un fenómeno, digamos mundial, y había que encontrar una manera de definir ciertas condiciones que pudieran aplicarse en términos de derecho en todos los países del mundo. Entonces eso es lo que nos pareció como más interesante. Y por otro lado está el carácter idiosincrático y de identidad que implican algunos términos, como la palabra forastero, la palabra forastero no es una palabra en español que defina una categoría jurídica o una situación jurídica de una persona, es la manera de referirse a alguien, de hecho es una palabra que ni siquiera es de origen catalán, pero me parece interesante que utilizar estos términos es como ampliar el vocabulario, cuando uno amplía el vocabulario uno aprende mejor a hablar una lengua y entonces en este caso fue como ampliar nuestro vocabulario sobre los términos que se refieren a los desplazados y a la movilidad humana.
IL: Mucho se habla de la mirada de Estados Unidos hacia los migrantes, pero ¿cuál es la mirada de México hacia los migrantes?
RO: México es un país profundamente racista, México es un país eminentemente racista para los connacionales, evidentemente lo va a ser para los migrantes. Yo creo que es una condición, esa parte de la idiosincrasia mexicana, los mexicanos vistos entre iguales. Cuando tú estás entre iguales no tienes punto de comparación, cuando aparece alguien que no es igual a ti lo primero que se produce es una situación espejo, es decir, que tú ves al otro diferente, pero en realidad el otro no es diferente, el otro tiene una manera de responder culturalmente a las situaciones distinta a la tuya, no es ni mejor ni es peor, sencillamente lo que Leticia Calderón decía en la conferencia, es que te espejea inmediatamente, si tú tienes un grado mínimo de sensibilidad y de inteligencia te darás cuenta de estás viendo las cosas de la manera incorrecta.
IL: ¿Cómo podemos eliminar el prejuicio racial en torno a los migrantes?
RO: Yo creo que el problema es mucho más profundo y tiene que ver con estructuras de colonialismo, o sea que es un problema estructural. Entonces creo que evidentemente la manera en la que vemos el problema de la migración tiene que ver con una especie de colonialismo cultural del cual tenemos que irnos quitando, ¿cómo? tratando de buscar términos que no se definan de la misma manera en la que comúnmente nos enseñaron a definirlo.
IL: ¿Por qué hablar de migración es relevante en estos momentos?
RO: porque yo creo que no vamos a una situación de más paz, vamos a una situación de más conflicto, creo que desgraciadamente el siglo XXI será un siglo de conflictos muy profundos, muy largos, y vamos por otro lado a una situación de crisis ambiental muy fuerte, donde hay una nueva clasificación que son los desplazados medioambientales, se estima que va haber de aquí al 2050, los números varían, entre 28 millones y 1 billón de personas; un tercio de la población de China que van a ser desplazados por problemas medioambientales, entonces yo creo que una de las únicas soluciones para poder ver y lidiar con estos problemas que se nos avecinan o con los cuales ya estamos viviendo, es con la empatía y a mí me gustaría pensar que tratar el tema de la migración hoy, es quizás como empezar a trabajar sobre un principio de empatía.
IL: ¿Como mexicanos ¿cómo podemos a empezar a trabajar la empatía hacia los migrantes?
RO: Una amiga de mi pareja dijo un día una frase interesante: las diferencias genéticas que existen entre una población son tan pequeñas que en realidad no habría porqué considerarse diferentes, es un problema, yo creo que hay que entender que en la diferencia está la ganancia, no la pérdida. Por eso creo que es tan importante la empatía, porque una vez que uno reconoce que el otro es diferente uno aprende mucho más, culturalmente, biológicamente, culinariamente, visualmente. Uno es más cuando asume al otro diferente como una suma posible y no como una resta de lo que uno es.