Por E. J. Valdés
Si me pidieran recomendarles una novela gráfica de Batman no pensaría dos veces antes de mencionar The Long Halloween, que se serializó entre 1996 y 1997 y fue una de las principales fuentes de inspiración de Christopher Nolan y David S. Goyer para la trilogía The Dark Knight. Pero si acaso me dijeran que ya la leyeron, con la misma seguridad mencionaría Batman: Hush, que se publicó entre 2002 y 2003 y tiene un común denominador con la primera: ambas fueron escritas por Jeph Loeb (actual responsable de la rama televisiva de Marvel). Y, si quieren otro dato interesante, Hush influyó en otra importante adaptación del hombre murciélago: la saga de video juegos Arkham.
Batman: Hush es una suerte de secuela espiritual a The Long Halloween y nos presenta al caballero obscuro en la cúspide de su carrera, dotado ya de toda clase de equipo, habituado a patear los traseros del mismo elenco de villanos con cierta periodicidad y apoyado por Barbara Gordon en el papel de Oracle, Dick Grayson convertido en Nightwing y el tercer Robin, Tim Drake. ¡Oh! Y Alfred, pero él siempre viene en el paquete. El caso (o juego) comienza con el rescate de un niño raptado por Killer Croc, crimen que al murciélago resulta inusual pues no considera que Croc tenga la inteligencia para orquestar un golpe con tantas variables que pueden salir de control. Esto lo lleva a sospechar que alguien más —alguien astuto, sigiloso y bien informado— está detrás de ello, y la subsecuente investigación lo lleva, muy al estilo de Knightfall, a enfrentar uno a uno a villanos como Posion Ivy, Harley Quinn y Joker, al mismo tiempo que reaparecen en su vida Thomas Elliot, amigo de la infancia de Bruce Wayne, Talia Al-Ghul y Catwoman, con quien Batman (¡por fin!) comienza un romance. Todos estos personajes y los eventos que se suscitan en torno a ellos llevarán al encapuchado de Gotham a Metropolis y de vuelta sin descanso, mientras golpe a golpe y verso a verso intenta descubrir quién es la figura que conspira para destruirle.
Hush es una historia muy intensa y cargada de acción, la cual atrapa desde el comienzo y hace que uno quiera apresurar la lectura para adentrarse más y más en un misterio que trae consigo revelaciones tan inesperadas que una espalda rota sería una picazón en comparación. El reparto de personajes está de lujo, muy bien explotado y pone a Batman en uno de los aprietos más interesantes de su historia. Su relación con Catwoman, y la de sus respectivos alter egos, va más allá del fan service y explora cómo evoluciona la confianza entre dos personas que desconfían de todos y la reacción de los batiamigos al descubrir que el hombre murciélago por fin tiene novia.
Además de la narrativa, el arte gráfico también es digno de aplaudirse, siendo los responsables de los logradísimos cuadros el ilustrador Jim Lee y el colorista Alex Sinclair. Y vaya, cuando uno lee Hush no puede sino estar de acuerdo con algo que Loeb señala muy puntualmente en el prólogo: Jim Lee hace maravillas con la anatomía femenina.
En fin. Batman: Hush es un título que todo fan del caballero obscuro debe tener por obligación. Y aquellos que no son fanáticos, también.