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Los ojos del ciego

maltrato (1)

Por María Mañogil

Maltrato: trato vejatorio que ocasiona daño o perjuicio.

Si empiezo este texto con una definición es porque antes de escribir sobre un tema o de opinar sobre él hay que tener muy claro lo que significa.

Ahora está de moda hablar de maltrato como hablar de respirar. Algo muy lógico porque el maltratar a alguien, ya sea con palabras o con acciones, es una mala costumbre que forma parte de nuestra sociedad, me atrevería a decir que desde siempre.

Hoy en día, existen muchas asociaciones que se dedican a luchar contra la mayoría de casos en los que hay maltrato, a detectarlos y a denunciarlos. Esas asociaciones no serían necesarias si cada uno de nosotros tratara a los demás, no como nos gustaría que nos trataran, más bien como le gusta que le traten a cada uno de los otros. Si digo esto es porque nadie es igual a nadie y lo que para mí puede ser una vejación para otra persona no lo es. Por ejemplo, en el caso de los insultos, yo no me siento agredida si alguien me manda a la mierda o si me llama imbécil; tengo capacidad suficiente para ignorar lo que me han dicho o para dar una respuesta si me apetece hacerlo.

En el caso de llamar imbécil a un niño cuando se supone que se le está educando o a una persona con alguna discapacidad psíquica sí que lo es.

También debo decir que hay personas más sensibles que otras en según que temas, ya sea por su carácter o por situaciones que han vivido.

Yo me siento agredida cuando una persona con la que estoy discutiendo acerca su cara a menos de un metro de la mía aunque no me toque. Para mí eso es una agresión y puedo defenderme de ella empujando a esa persona. La acción de empujarla sí puede ser interpretada como una agresión hacia esa persona, mientras que para mí sería activar un mecanismo de defensa mientras me estoy sintiendo agredida.

¿Quién decide lo que es maltrato y lo que no lo es? ¿Sólo se considera maltrato una agresión física o unos insultos o una actitud agresiva hacia otra persona o hacia un animal? Yo conozco muchas formas de maltrato que en la sociedad no están consideradas como tal y que sin embargo lo son según la definición que he puesto al principio de este texto. Voy a nombrar algunas:

1-Obligar a un niño de tres o cuatro años a ser simpático o a darle un beso a un familiar o amigo cuando se niega a hacerlo es una vejación, ya que a esa edad un niño está reafirmando su personalidad e interferir en ese proceso natural puede crearle sentimientos de culpa cuando sea adolescente y adulto (daños o perjuicios). Seguro que ningún padre es consciente de eso y lo único que quiere es que su hijo se convierta en una persona sociable para que sea más feliz, pero sin saberlo está sometiendo a un niño para que haga algo que hará él mismo cuando esté preparado.

maltrato_infantil

Ser tímido, arisco, vergonzoso o desconfiado no es sinónimo de ser antisocial ni maleducado.

Yo no tengo ningún conocimiento de psicología ni tampoco de etología ( ya que ahora voy a hablar sobre el maltrato a los animales). La única experiencia que tengo sobre el comportamiento de humanos y de otros animales son 43  años conviviendo con ellos y observándolos. Creo que eso ya me da derecho, como mínimo, a opinar. Si alguien opina lo contrario me parece igual de correcto.

2-Dejar a un perro solo dos días encerrado en una casa, aunque tenga comida y agua suficiente y un jardín para salir a correr y haya alguien de confianza que se asegure de vez en cuando de que se encuentra bien, es maltrato aunque no exista ninguna agresión física contra él. (daños y perjuicios)

Los perros son animales que los humanos hemos adoptado como mascotas y por lo tanto conviven diariamente con nosotros. Dejarlos solos sin la compañía de humanos los hace sentirse abandonados

y abandonar a un animal es maltrato, aunque aleguemos que estamos trabajando y no nos queda más remedio que dejarlo solo.

Hacer lo mismo con un gato no es maltrato. Los gatos son animales que, aún siendo también domésticos, no han perdido del todo su instinto (no al menos tanto como los perros).

Sin embargo, someter a un gato a constantes cambios de domicilio e incluso a cambios en sus costumbres en el mismo domicilio sí es maltrato porque eso les ocasiona un trastorno y se sienten estresados y desorientados (perjuicio).

3-Las personas nos saludamos de frente, los perros no. Si vamos a saludar a un perro y nos acercamos a él de frente para acariciarlo, el perro lo interpretará como un intento de agresión y si no nos conoce puede ser hasta que nos muerda. Luego los agredidos seremos nosotros y diremos que el perro es violento cuando nosotros somos los que le agredimos primero sin saberlo.

Antes de hablar de maltrato hacia un animal hay que aprender su lenguaje, ya que los “inteligentes” somos nosotros y ellos no tienen porqué aprender el nuestro. Al fin y al cabo los que los convertimos en nuestras mascotas fuimos nosotros y no al revés.

4- Cuando tropezamos con un perro o le damos un empujón sin querer no hace falta pedirle disculpas; no es una persona y no lo ha interpretado como una agresión ni como una falta de educación. Entre ellos se empujan constantemente e incluso las madres empujan a sus cachorros cuando les molestan o les hacen daño jugando. Eso no es maltrato.

ADIESTRAMIENTO DE ANIMALES

El adiestramiento o la utilización de cualquier animal ya es de por si un maltrato independientemente de que ese adiestramiento se utilice con fines lucrativos y para divertir y entretener a los que pagan por ello (espectáculos con animales en ferias, circos, corridas de toros, delfinarios y demás) o con fines terapéuticos (terapias con caballos o delfines para ayudar a personas autistas, investigaciones en laboratorios con cobayas o conejitos de Indias para fabricar fármacos que sirvan de tratamiento en diversas enfermedades).

Ningún animal debería ser adiestrado ni utilizado para nada, pero gracias a ello hay gente que se divierte y lo más importante: hay gente que mejora su calidad de vida e incluso que sigue viva.

Yo no voy a juzgar a nadie que vaya a un circo a ver a un león pasar a través de un aro de fuego. Sólo quiero decirle a esa persona que piense que a los leones les asusta el fuego y que se pregunte cómo ha conseguido el domador que un felino haga eso porque no creo que sea a base de hacerle caricias.

Tampoco digo que en todos los circos, zoológicos o delfinarios se dediquen a maltratar a sus animales y a pegarles palizas. Imagino que la mayoría de las personas que trabajan con animales ama a los animales. Pero llevamos años yendo a ver espectáculos de circo y nunca nos habíamos planteado ciertas cosas que son más que evidentes, o hemos mirado hacia otro lado hasta que las asociaciones que defienden los derechos de los animales se han metido por en medio y han empezado a difundir lo que TODOS hemos sabido siempre y nos lo hemos callado.

Tampoco voy a juzgar a las personas que utilizan terapias con animales para mejorar su calidad de vida, como en el caso del autismo. Yo misma participaría en esas terapias o llevaría a mis hijos a ellas si lo necesitaran. Pero seamos realistas: esos animales que han ayudado a millones de niños y adultos han pasado previamente por un proceso de adiestramiento. ¿Alguien se ha molestado en acompañar a los adiestradores durante toda su jornada de trabajo para ver si todo lo que hacen es correcto y si hay algún indicio de maltrato hacia el animal mientras dura el adiestramiento?

¿Alguien le ha preguntado a un caballo si quiere trabajar ayudando a niños autistas a cambio de comida, agua y caricias? Comida, agua y caricias lo merece cualquier caballo y cualquier animal por el simple hecho de haber nacido, no como pago por trabajar para los humanos.

¿Alguien le ha preguntado a un perro si quiere trabajar buscando supervivientes entre los escombros    después de un terremoto?

¿O si quiere trabajar toda su vida acompañando a un ciego?

Esos perros son muy felices. No lo dudo. Pero, ¿lo han decidido ellos libremente?

Yo, al igual que millones de personas, sigo viva gracias a que hace muchos años, cuando aún no se investigaba con células madre, unas cuantas ratas de laboratorio fueron torturadas durante meses inyectándoles un virus que les provocaba cáncer. Esa ratas murieron sufriendo para que un médico me salvara a mí.

Todos conocemos el maltrato al que son sometidos millones de animales cada día en todo el mundo, pero sólo lo denunciamos en tres casos:

1- Cuando el maltrato sale a la luz y hay que manifestarse contra él para parecer solidarios y que se nos etiquete de “buenas personas” y de “amantes de los animales”.

2- Cuando el maltrato se ejerce para la diversión de otros que consideran esa diversión como un arte y nosotros no lo consideramos así, aunque seamos amantes de la gastronomía y cocinemos langostas vivas mientras escuchamos cómo gritan de dolor mientras mueren abrasadas en una olla de agua hirviendo. O los más sensibles no las cocinamos porque no queremos matar a un animal, pero permitimos que otro lo haga y nosotros nos limitamos a comérnosla aun sabiendo lo que ha sufrido ese animal antes de acabar en nuestro estómago.

3- Cuando el maltrato se utiliza para el beneficio de los demás y no para el nuestro, sea con fines lucrativos o para curar enfermedades.

Por otro lado están los veganos, que no comen animales pero comen plantas porque supuestamente éstas no sufren. Eso de que no sufren se está investigando desde hace años.

Los vegetales carecen de sistema nervioso, pero responden a estímulos, por lo que “lo de que no sufren” no se sabe todavía. No lo saben ni los biólogos.

Yo por precaución sólo comería raíces y frutos caídos de los árboles.

Ahora habrá gente que se pregunte: ¿y qué tendrá que ver la alimentación con el maltrato a los animales? Mucho.

Los que se dedican a ver vídeos en internet de circos, delfinarios, corridas de toros y zoológicos deberían ver también algunos de mataderos, piscifactorías, granjas y demás lugares que se dedican a la cría y distribución de animales para su consumo.

Porque que yo sepa, los animales que son destinados al consumo tienen los mismos derechos a no ser maltratados que el resto. ¿O es que esos no son animales también?

El pollito o el cerdito que nos vamos a comer debería vivir en libertad y feliz hasta que lo sacrificaran porque antes de estar en nuestro plato es un animal con los mismos derechos que los que viven en la selva o en el monte.

Si se defienden los derechos de los animales se defienden hasta los de las ratas.

Quien no lo vea así es un hipócrita igual que yo, que mato cucarachas porque me molestan y no me las voy a comer después de matarlas.

Yo me considero “maltratadora de animales” y cómplice por dejar que otros los maltraten y además lo digo públicamente para que el resto del mundo lo sepa. Ese resto del mundo que nunca tendrá el valor de reconocerlo y que interpretará mis palabras aquí escritas como mejor le convenga, que asegurará que miento en muchas de las cosas que he dicho pero no las comprobará, que seguirá denunciando maltrato por ver un vídeo o una foto en internet, pero que quizás estará maltratando a sus propias mascotas (a las que ama) por ignorancia, por no molestarse en aprender su lenguaje y las seguirá obligando a aprender sus absurdas normas de humano.

Ese resto del mundo que tiene ojos, pero no ve…

Todos somos muy solidarios en las redes sociales y en las manifestaciones y todos estamos en contra de que maltraten a los animales, pero cuando volvemos a casa después del trabajo nos da pereza o no tenemos tiempo de llevar al veterinario a ese gato herido que está maullando debajo de un coche. Y las perreras están llenas de animales que nadie quiere mantener ni cuidar y la mayoría de ellos acaban siendo sacrificados.

Con esto pasa como con todo. Nos preocupamos de denunciar un maltrato en un delfinario o en un circo y dejamos morir de hambre al perro o al gato que vive en la calle al lado de nuestra casa. Porque por ayudar a ese no nos van a dar ninguna medalla.

XV años

RELOJ DE ARENA-IMAGEN PÚBLICA
RELOJ DE ARENA-IMAGEN PÚBLICA

por Deysi Sánchez

Para Anel

Cumplir XV años siempre será un acontecimiento esperado por toda mujer y no precisamente porque todas quieran tener una fiesta para celebrarlo, sino que cumplir XV años significa romper con la inocencia infantil para volverse una mujer. No importa que la regla haya llegado desde tres o cuatro años antes; cumplir los XV años representa dejar florecer la sensualidad. 

Muchas niñas tienen la ilusión de tener un vals y jugar al primer amor con el chambelán principal. Otras simplemente prefieren tener dinero o viajes, pero no perdonan que esa fecha pase desapercibida. Todas las niñas quieren que el día que cumplan quince años sea especial. He visto cumplir quince años a muchas niñas, la mayoría llenas de sueños, de ilusiones y de pasiones. Pero también he visto convertirse esos sueños en polvo. 

Anel tiene quince años, es realmente linda, heredó los rasgos de su padre, los ojos de su abuela, las caderas prominentes de sus tías y las ojeras de su madre. Cumplió sus quince años sin festejos, sin dinero y sin viajes, en cambio ella trabaja para conseguir lo que desea, estudia y trabaja al mismo tiempo, así ha sido desde algunos años atrás. 

RELOJ DE ARENA-IMAGEN PÚBLICA
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¿Por qué hablo de Anel? Porque ella es diferente a todas las quinceañeras que he conocido, porque su regalo fue adquirir fortaleza, esa fortaleza que brindan las perdidas, le ha tocado perder y quedar pendida de un hilo que ella misma habrá de trabajar para nunca romper porque es el único sostén que le ha quedado. 

Yo escuché cuando le anunciaron la perdida de uno de sus pilares más grandes que puede tener cualquier ser humano, escuché su voz quebrada por el llanto cuando la enteraron de la muerte de su padre, la vi doblada de dolor, y pude adivinar en sus ojos lo que estaba pensando, lo que estaba sintiendo. Yo fui espectadora de su dolor, quise reconfortarla pero con su perdida también perdí yo.  

A pesar de todo la vi soportar de manera elegante ese dolor, sin dramas, sin escenas, con prudencia y valentía siguió con su vida. La vi sonreír y me sentí feliz porque si ella está tranquila yo puedo estarlo también. 

Quinceañera como lo es, tenía una ilusión, ese amor de niños que todos tuvimos en la adolescencia. Tuvo un novio, tal vez su primer amor, tal vez sólo su primera ilusión, no lo sé. Y me tocó enterarme otra vez de una perdida. Aquella ilusión se consumió, se apagó como las velas que por el viento se apagan, velas que tienen mucha cera que arder pero que ya no hay lumbre que logre prenderlas otra vez. 

RELOJ DE ARENA-IMAGEN PÚBLICA
RELOJ DE ARENA-IMAGEN PÚBLICA

Por rumores me enteré que aquél otro pilar se derrumbó, dejándola una vez más a la deriva. Dejándola otra vez con las ilusiones rotas. No sé si ella lea esto, quisiera que lo hiciera, porque de esa forma sabrá que aunque no soy un gran apoyo la ayudaré a sostenerse aunque yo tenga pocas o nada de fuerzas. 

Todas hemos pasado por esos quince años que de alguna forma nos han marcado. Y a Anel la marcarán también para toda la vida y llevará las marcas que ahora duelen, pero que la convertirán en lo que cualquier quinceañera quiere llegar a ser: una mujer fuerte, una gran mujer. 

Blue by you…