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Malas razones para dejar de fumar

Fumar - Imagen pública
Fumar – Imagen pública

por José Luis Dávila

1. Porque te lo pide tu pareja

Sí, te lo dice por tu bien, te lo dice con cariño, se preocupa por ti, quiere que estés sano, que nunca te pase nada. Todas esas cosas son las que terminan por convencerte de que quizá necesitas ese cambio, que tus pulmones merecen aire fresco en vez de alquitrán. Pero, ¿a quién quieres engañar? No lo haces realmente porque tú lo quieras, sino porque quieres dejar de escuchar esas peticiones que se convierten en reclamos después de un tiempo. Además, si no están casados, no te conviene seguir con alguien que no respeta tus vicios. Y si lo están, y esperó todo este tiempo para pedirte algo así, revelando su verdadera naturaleza, existe el divorcio; aunque, en caso de que no le quieras dejar, de que le ames aunque no te comprenda, pues ve y fuma como cobarde, a escondidas, avergonzándote de un hábito sencillo que con tu actitud estás criminalizando.

2. Porque estás enfermo

Si es una EPOC, no importa realmente, de todos modos ya estás jodido. Para una enfermedad cardíaca, lo peor es estresarte; entonces por qué te piden que dejes de fumar, ¿no saben que dejar una adicción causa mucho estrés?, en ese proceso de desintoxicación te puede dar una crisis nerviosa y luego un infarto. Así, puede haber muchos más ejemplos que demuestran que si de todos modos no vas a durar mucho, al menos disfruta ver el humo saliendo de tu boca, construyendo figuras en el aire, tanto como puedas.

Fumar - Imagen pública
Fumar – Imagen pública

3. Porque un anuncio antitabaco te hizo sentir mal

Sinceramente, si le haces caso a estos anuncios es que en verdad cualquiera te puede manipular. No es que no sean verdades lo que expongan, es que la manera en que las muestran es demasiado perversa. Si es una imagen, está saturada de posturas horribles, de entrañas expuestas, pornografía del horror, digna de una película gore que dirijan Svankmajer y Carpenter juntos. En algún punto, si tienes una pizca de criticidad, sabrás que la composición es tan falsa que más bien da risa. Y peor, cuando usan de forma despiadada a los niños, con sus caritas tristes, con sus enfermedades “causadas por sus padres”. Eso no es inculcar sentido de responsabilidad con la propia salud, ni sembrar miedo ante las posibles consecuencias, es meramente inducir culpa para lograr un propósito, es sencillamente malvado.

Bogart en Casa Blanca - Fotograma
Bogart en Casa Blanca – Fotograma

4. Porque ya en ningún lugar se puede fumar

Dice Jim Jeffereis que si hay letreros de “No fumar” por todas partes, debajo de aquellos debería haber algunos otros que dijeran “Y no viole a los niños”. El poder que se le ha dado a los no fumadores es intimidante, se apropian de todo como una plaga; intolerantes, nazis del estilo de vida saludable, se quejan y esperan que en cada establecimiento se les separe de quienes disfrutan llenar sus pulmones con tóxicos, como si se tratara de leprosos. Y, saben, no habría problema en respetar espacios para unos y otros, los fumadores somos personas que se preocupan por no molestar a quienes no fuman, sin embargo, lo que causa molestia es que quienes no fuman se sienten moral e ideológicamente superiores, por algo como “cuidar su salud”, y dan sermones, reclaman, ponen cara de desaprobación; no entienden que el respeto a los vicios ajenos es la paz.

Marilyn Monroe - Imagen pública
Marilyn Monroe – Imagen pública

5. Porque te dicen que fumas solamente para generar una apariencia social

Y si es así, ¿qué? Generalmente, el sabor no es una de esas razones por las que se empieza a fumar –aunque con el paso del tiempo se va aprendiendo a apreciar el sabor del tabaco. Hay quienes fuman por ansiedad, para controlarse; hay quienes fuman para pertenecer, para sentirse parte de un grupo; hay los que fuman por el placer de sentirse llenos aunque sea de algo tan efímero como el humo, de ver sus ideas incinerarse cada que se inhala. Si alguien se quiere ver bien con un cigarro entre los dedos, o en la boca, ¿cuál es el problema? Si Bogart no hubiera tenido una cajetilla en la bolsa de la chaqueta, ¿sería la figura que recordamos? ¿El lunar de Marilyn sería el mismo sin el cigarrillo entre los labios? Fumar a veces es parte de la esencia de una persona, dejarlo es dejar de ser uno mismo.

Doce razones para fumar

American Hustle - Fotograma
American Hustle – Fotograma

por José Luis Dávila

1. Porque el humo que sale de la boca es el mismo humo del que nacen las ilusiones, esas perras malditas que nos hacen creer en que la vida puede ser mejor de lo que aparenta. Y es que sí puede ser mejor, pero no si nada más nos quedamos con la idea de que el humo será eterno, porque no, lo que pasa es que se disipa para dejarnos caer contra la imagen del muro sin que nos dé tiempo detenernos antes de chocar. Lo bueno del humo que exhalamos es que podemos contemplar inmóviles su ruta, sus danzas, sus juegos en el aire, sus ilusiones, pero sin el riesgo del golpe.

2. Fumar es malo para la salud, lo sabemos todos. Pero cada quien tiene su motivo para fumar: ansiedad, estrés, gusto, etc. Yo no recomiendo fumar a menos que se sepa por qué se está fumando; al saber eso, el tabaco se disfruta mejor. Sea cual sea el motivo, saberlo da una actitud a cada calada que cambia la forma en que se ven las cosas.

3. Es mejor fumar sin filtro, sobre todo si son Faros, porque sin filtro es como se aprecian mejor las buenas cosas de la vida. Sin filtro, la verdad es verdad donde quiera que se encuentre uno, sin esas nenadas de los chismorreos venenosos, porque cuando se habla sinceramente no se necesita convencer al otro, el otro se convence por sí mismo de lo que sea que uno le diga.

Tomy fumando - Fotograma
Tomy fumando – Fotograma

4. No creo que haya muchos placeres parecidos a sentir cómo nos llena los sentidos la nicotina; paradójico, porque es la nicotina, y demás compuestos del cigarro, la que a la larga nos merma el gusto y el olfato.

5. Fumar es un mal hábito, pero de todos los malos hábitos que hay, es el menos dañino. Véanlo como yo lo veo: para mí, fumar no es tan malo si lo comparo con mi gusto por las mujeres histéricas. En todo caso, es más barato.

6. No dejo de fumar porque no quiero hacerlo. No soy un adicto, solamente me gusta. El día que me aburra de fumar, porque llegará ese día, lo dejaré. La cosa con dejar de fumar es que muchos lo hacen porque alguien más se los pide, a menos que sea un médico que diga que podríamos tener cáncer o que ya lo tenemos, sólo en ese caso pensaría en abandonar. Pero no fumar no te hace inmortal, ni superior de ninguna manera. Puedes ser un hijo de puta aún si no has probado el tabaco en tu vida.

Sherlock fumando - Fotograma
Sherlock fumando – Fotograma

7. De cierta forma, fumar es cuestión de estilo. Hay quienes pasan desapercibidos para todos los ojos, pero cuando toman un cigarro entre los dedos, no se sabe bien a bien por qué, pero se convierten en los centros de su micro-universo.

8. Aquél que está detrás del humo de tabaco, siempre, siempre, será más interesante que el que no lo está. Aunque uno no sepa por qué.

9. Fumar pipa es sólo para conocedores que saben apreciar el sabor del tabaco sin reparos. No todos están capacitados para tener y usar una pipa, sólo aquellos que en verdad creen que fumar es un arte deberían tener permiso para comprarlas.

Mujer fumando - Imagen pública
Mujer fumando – Imagen pública

10. Los puros son sólo para ocasiones especiales, para ocasiones de triunfo; fumarlos es un poco como meter doce cigarros en la boca de una sola vez, algo que no todos aguantan. Fumar puros es algo que deberían enseñar en las universidades, para que se separe a los que están hechos para los trabajos duros y estresantes que dejen huella en cada una de sus áreas, de los que estudian solamente para obtener un modo de vida.

11. Varios de los grandes personajes de la literatura fuman. Sherlock Holmes es uno de los más representativos. Todas las razones anteriores de una u otra forma engloban su personalidad, la personalidad que da años de tabaquismo bien aprovechados.

12. Las mujeres que fuman son una de las mejores razones para fumar. Encenderles un cigarro, cuando se flirtea con ellas, es un acto que las conquista dependiendo de cómo se hace. Cuando solamente son amigas, cuando no se quiere nada más con ellas, encenderles el cigarro es un acto de caballerosidad que nunca debe olvidarse, porque siempre habrá otra fumadora cerca que sienta envidia y pueda querer que uno el encienda el cigarro.