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El olvido

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos-Especial
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos-Especial

por Andrea Garza Carbajal

Siguiendo el río Aqueronte en lo profundo del Hades, por donde la barca de Caronte, el que guía las almas de los muertos transita, hay una desviación, un brazo del río que adquiere un nombre y función diferente, Leteo, el río del olvido. Sumergirse en sus aguas significa olvidar todo lo pasado,  una vida borrada en un momento. A estas aguas mitológicas sólo tienen acceso las sombras de los muertos griegos, para los vivos está vedado. Sólo aquellos cuya vida está acabada se sumergen  para emerger a un nuevo inicio. Pero si algún Hércules o un Sísifo pudieran traer del inframundo un vaso de aguas de Leteo para el que se dijera más desdichado y con una existencia llena de desventuras, ¿lo tomaría?

El olvido total no parece algo deseable; aquellos que sufren pérdida de memoria también pierden la identidad, y eso difícilmente alguien lo aceptaría de forma voluntaria. A muchos de nosotros nos gustan los inicios, pero una nueva vida sin memorias no podría representar ninguna ventaja sobre la anterior ya que se carecería de referentes o aprendizaje.

Nadie podría afirmar que todas sus memorias son malas y por tanto merezcan ser borradas. Pero tal vez sí estaría dispuesto a deshacerse de algún momento traumático o simplemente desagradable. Eso significaría ahorrarse horas de psiquiatras, psicólogos, medicamentos, pesadillas, etc., no existiría ningún tipo de cicatriz emocional y habría una sociedad utópicamente sana aunque olvidadiza. Pero si tal opción estuviera en las posibilidades de todas las personas, buena parte de ellas elegiría borrar sus recuerdos de la forma más estúpida y visceral. Así sería porque muchas de nuestras decisiones están guiadas meramente por algo tan inestable como los sentimientos pasionales.

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos2-Especial
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos2-Especial

En la película de Charlie Kaufman: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, un hombre que ha tenido una fuerte discusión con su novia, la busca para reconciliarse, pero ella parece no reconocerlo, después se enterará que ella ha ido a una clínica especializada en borrar recuerdos y lo ha borrado de su memoria, él, dolido e incrédulo acude a la clínica para someterse al mismo tratamiento y olvidarla. El protagonista transitará por cada una de las memorias con ella, como en un largo sueño, y poco a poco revalorará la relación sin saber si su arrepentimiento llega demasiado tarde para un proceso que ya no es reversible. El mensaje es claro, construimos memorias con aquellos que amamos, pero en algún punto, esta unión rebasa recuerdos u olvidos.

Si el olvido voluntario fuera posible, sería tentador pero innecesario, porque lo cierto es que las relaciones intrascendentes poco a poco se van difuminando y las que en algún momento parecieron lo más importante, el tiempo se encarga de desmentirlo, los nuevos inicios se encuentran sin necesidad de tomar aguas para olvidar o asistir a clínicas especializadas. Sin embargo, las memorias de un amor interrumpido abruptamente siempre son dolorosas y, a veces, olvidarlas parece demasiado largo.

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos3-Especial
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos3-Especial

En el filme, mientras se olvida crece el arrepentimiento por hacerlo, una mala decisión fabricada en un momento de despecho, además, ¿de qué servirían las experiencias si no serán recordadas? y si pudiéramos olvidar voluntariamente, tal vez  aquello que olvidemos, algún sitio recóndito de nosotros lo echará de menos, aunque sea para que no nos volvamos a topar con ello en un futuro o por el contrario, lo hagamos de nuevo, eso depende de cada quién.

Todos estamos condenados a lo mismo, en nuestra muerte, aunque de una forma gradual, nuestra memoria será olvidada, no por nosotros, sino por aquellos que nos conocieron y que también irán desapareciendo hasta que el testimonio de una generación completa se desvanezca, y quizá todos esos recuerdos de vidas pasadas, con sentimientos y vivencias que ahora nada significan, se hallen en el inframundo mezclándose entre las aguas de un río al que todos en algún momento, nos sumergiremos.