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Las lanzas rotas, de León Arsenal

Las Lanzas Rotas - Portada
Las Lanzas Rotas – Portada

Todos estamos viajando siempre, sólo que no nos damos cuenta. Hay que detenerse un momento, en el instante que sea, y pensarlo un poco: viajamos en cada minuto del día, vamos de camino hacia los cambios que surgen con cada situación que encontramos de frente. Pero cuando más viajamos es cuando somos jóvenes. Para sabernos, para conocernos desde los bosques del propio cabello y las planicies de la propia piel, viajamos desde la provincia de la mirada hasta la costa que da al mar de los otros. Viajamos para descubrir nuestras fronteras en cada aspecto.

Bajo esta premisa del viaje es como se desarrolla Las lanzas rotas, una historia ambientada en la post-romanización de la Península ibérica. Sixto, el protagonista de esta novela escrita por León Arsenal, es un joven celtíbero que regresa a casa luego de haberse educado en Roma y busca encontrarse de nuevo como parte de uno de los suyos, aunque siente que volver a ser “de los suyos” es algo que no logrará totalmente. Así, Sixto busca hacerse un nombre propio en la vida de su comunidad, alejándose del legado que representa la familia a la que pertenece; esto resulta paradójico, debido que busca la reintegración por medio de la separación de aquello que lo puede unir más. Sin embargo, ¿no es ese un paso natural de cualquiera, individuo o sociedad? ¿No es ese el punto de un viaje? Si viajamos es para regresar, para saber que estamos atados a un sitio del cual nos sentiremos más seguros de pertenecer en ese regreso.

León Arsenal
León Arsenal

Asimismo, Arsenal usa a su personaje también como una metáfora de ese periodo histórico que estaba luchando por mantener vivas las tradiciones originarias del territorio ante el poder dominante de los conquistadores, esforzándose por mantenerse entre la vanguardia obligada y el respeto a su pasado.

Esta novela nos recuerda que ante todo viajamos a nosotros mismos desde nosotros mismos; que el viaje que somos no hay que ignorarlo sino salir a él para poder regresar a nuestra esencia.

por José Luis Dávila