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Ian McKellen: Sobre Christopher Lee

Christopher Lee - Imagen Pública
Christopher Lee – Imagen Pública

Por Ian McKellen

(traducción de E. J. Valdés)

A unos días de la muerte de Christopher Lee, su colega Ian McKellen publicó en su página de Facebook una breve anécdota relatando cómo fue que se conocieron y convivieron durante el rodaje de la trilogía de El Señor de los Anillos. Me he tomado la libertad de traducir el texto para los lectores de Cinco Centros.

Christopher Lee, CBE, CStJ (1922-2015)

Cuando llegué a Nueva Zelanda para comenzar a grabar como Gandalf, durante la primera semana del siglo XXI, Peter Jackson ofreció una cena para parte del elenco. Estaba felizmente sentado junto a Christopher Lee, a quien había admirado durante mi vida actoral. Fue reclutado como el hechicero blanco Saruman. Lo primero que me dijo fue: “siempre he pensado que yo debería interpretar a Gandalf; leo El Señor de los Anillos cada año —en ocasiones hasta dos veces—“.

Después me dedicó unas líneas en la lengua obscura de Mordor y me sentí inadecuado. No era su intención: tenía 78 años y estaba bien versado en el arte de la rectitud caballeresca. El epítome de “alto, obscuro y apuesto” cargaba demonios internos por sus actuaciones como Drácula, el monstruo de Frankenstein y, en una ocasión, Sherlock Holmes.

Eso fue lo que le hizo tan efectivo como Saruman. Con su larga barba y ropas blancas tenía el aire de un Papa severo aunque benigno, ocultando su ambición de gobernar la Tierra Media con crueldad y malevolencia.

Christopher Lee - Imagen Pública
Christopher Lee – Imagen Pública

Durante nuestros encuentros en el set era fácil persuadirlo hacia la reminiscencia. Después de todo, había más de doscientos filmes en su trayectoria y un par de álbumes donde cantaba. Su más temprana intención había sido convertirse en bajo de ópera. De manera conmovedora, estaba un poco nervioso al comienzo. “¡Peter me hizo repetir mi primer diálogo diez veces!”. Le dije que no se preocupara, pues el día anterior yo había tenido que grabar una escena veintisiete veces. Sus ojos obscuros se abrieron y destellaron, pero no se volvió a quejar.

Peter estaba fascinado de tener a su héroe de Hammer Horror como el villano y le escribió una espectacular muerte en reconocimiento a su pasado vampírico: una caída directo sobre una estaca que perforaba su maligno corazón. A Chris no le gustó mucho, y me parece que este episodio sólo puede verse en la versión extendida del director.

Es una curiosa lástima que no trabajara en el teatro o dirigiera una película como su ídolo, Laurence Olivier, quien tuvo a Chris como un lancero en su adaptación de Hamlet. Pero él estaba simplemente orgulloso de su extensa carrera en el cine y, como todos nosotros, debe haberse sentido complacido de convivir un poco con Sir Larry cuando le nombraron caballero.

El señor de los anillos - Imagen Pública
El señor de los anillos – Imagen Pública

La última vez que Saruman y Gandalf grabaron juntos fue alrededor de una mesa en Rivendell, pero mientras que Galadriel, Elrond y yo estábamos en el estudio de Wellington, las líneas de Sir Christopher fueron filmadas en Londres unos meses después. Apenas puedes darte cuenta. En las películas, nada es lo que parece.

Sin embargo, cuando se unió al elenco de Star Wars  dijo haber realizado todas sus escenas sin necesidad de un doble. No fue así durante su pelea con Gandalf, la cual desafió la gravedad. Sospecho que solamente buscaba declarar que a pesar de la edad estaba en condiciones de cumplir con el papel. No tenía que preocuparse por ello: su talento para la actuación jamás decayó.

 Ian McKellen, junio de 2015

Adiós a la Tierra Media

The Battle of the five armies - Imagen pública
The Battle of the five armies – Imagen pública

por E. J. Valdés

Con el estreno de The Battle of the Five Armies, la tercera entrega de la adaptación cinematográfica de The Hobbit, se termina una odisea que Peter Jackson comenzó hace trece años con The Fellowship of the Ring, y con ello puede vanagloriarse de ser el único cineasta en llevar con éxito (y mucha ambición) dos de las obras maestras de J.R.R. Tolkien, y de haber recortado y expandido dramáticamente su legendario mundo para horror de los fans más conservadores.

La tercera parte de The Hobbit cuenta con un reparto de estrellas encabezado por Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Orlando Bloom, Luke Evans y Evangeline Lilly, secundado en papeles menores por Benedict Cumberbatch (actor muy solicitado estos días), Ken Scott, Sylvester McCoy y Hugo Weaving, Ian Holm, Christopher Lee y Cate Blanchett en los roles que ya les conocíamos en The Lord of the Rings. Qué de nombres, ¿no? Muy tolkieniano.

The Battle of the five armies - Imagen pública
The Battle of the five armies – Imagen pública

Bueno, The Battle of the Five Armies arranca donde The Desolation of Smaug se quedó y aborda los último capítulos de la novela, es decir, la derrota del dragón, la reconquista de Erebor y el subsecuente enfrentamiento al correrse la voz de que los tesoros de la Montaña Solitaria están en manos de los enanos. En el caso de la serie fílmica, también se retoman y concluyen historias paralelas como la querella entre Thorin y Azog, el descubrimiento de una fuerza malévola en las ruinas de Dol Guldur, y el flirteo entre Tauriel y Kili (que, pienso, fue lo más memorable de la segunda película). Con más de dos horas de duración, no es la entrega más larga de la saga pero, considero, es la segunda mejor de esta trilogía y una de las mejores logradas desde The Two Towers, sobre todo si disfrutan las batallas a gran a escala, pues más de la mitad de la cinta es combate, y combate sobre el combate.

Sin embargo, pese al festín de acción debo señalar que este largometraje pierde de vista un aspecto muy importante: The Hobbit es la aventura de Bilbo Baggins y sienta el precedente a los eventos que conforman The Lord of the Rings. Pero The Battle of the Five Armies se siente más como la película de Thorin, Gandalf, Legolas, Tauriel y Bard, con Bilbo como un invitado al que tuvieron que involucrar porque ya estaba allí. Se le siente como un personaje débil, aunque tampoco tan relegado como la media docena de enanos que no tienen una sola línea de diálogo en toda la película. Y, vaya, tampoco es como que en la novela hicieran gran cosa, pero Peter Jackson pudo dedicarles un poquito más de desarrollo en lugar de inventarse personajes de relleno como Alfrid. También fue muy pobre la participación de Radagast, tomando en cuenta que las dos primeras películas enfatizaron mucho su aparición.

The Battle of the five armies - Imagen pública
The Battle of the five armies – Imagen pública

En fin, supongo que dentro de un tiempo lanzarán la trilogía extendida con todo lo que Jackson se quedó con ganas de mostrar (ojalá haya sido mucho). Por lo pronto, les digo que The Battle of the Five Armies es una cinta muy dinámica, llena de acción y aventura que cierra de manera satisfactoria la historia y la conecta con el mundo que ya vimos en The Lord of the Rings. Vayan a verla.

¿Que si me gustaría que Peter Jackson adaptara The Silmarillion? Francamente sí, aunque es el título menos popular de la saga y quizá Ian McKellen y Christopher Lee ya no regresarían como Gandalf y Saruman, sin mencionar que tengo entendido que Christopher Tolkien guarda con mucho recelo los derechos de ese libro en particular. No lo descarto, sin embargo, pues ocho años separaron las dos trilogías que ya vimos y podría suceder que en otros ocho escucháramos cantar a los Ainur. Mientras tanto, cuéntenme entre aquellos que echarán de menos la Tierra Media.

The Battle of the five armies - Imagen pública
The Battle of the five armies – Imagen pública