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Un retrato del mundo que vivimos: El Sistema, de Peter Kuper

Peter Kuper - Imagen pública
Peter Kuper – Imagen pública

Estamos enredados todos, implicados todos, en esa maraña que es la vida cotidiana dentro de los márgenes establecidos por fuerzas que nos sobrepasan, fuerzas que a falta de rostro son conocidas simplemente como El Sistema; y como todo sistema, cada parte, cada pequeña parte movible es fundamental para que funcione la maquinaria, por mínima que sea su función.

El Sistema - Peter Kuper
El Sistema – Peter Kuper

Lo anterior es, en líneas generales, el argumento que Peter Kuper deja entrever sobre su novela gráfica titulada precisamente El Sistema, publicada recientemente por Editorial Sexto Piso. Esta historia es una aventura visual que viñeta a viñeta retrata una sociedad alienada, determinada a la mecanización de sus procesos vitales, haciendo que todos aquellos que respiren, lo quieran o no, estén comprometidos con cumplir su parte para que los engranes sigan en movimiento.

El sistema - Portada
El sistema – Portada

Pero más allá de la crítica social, El Sistema es un despliegue narrativo de gran fuerza que se da el lujo de desechar los diálogos para dejar que sea la imagen pura el vehículo por el que se transmita la historia común que muchos se niegan a mirar cuando caminan por las calles de su ciudad.

Era la guerra de las trincheras, la mirada de Tardi sobre la primera gran guerra

Jaques Tardi - Imagen pública
Jaques Tardi – Imagen pública

La guerra, ese horror que mantenemos como parte de la cultura, siempre sobrepasa a los hombres que participan en ella. Es un monstruo que devora sin piedad y por completo, se desplaza por los campos, acompañado de la muerte, quien va recogiendo los desperdicios que quedan atrás. Y con todo eso, es necesario recordarla de cuando en cuando, por terrible que sea, para entender por qué no debe permitírsele volver, por qué nadie debería ni siquiera mencionar su nombre.

Era la guerra de las trincheras - Ilustración
Era la guerra de las trincheras – Ilustración

Jaques Tardi lo sabe, esa parece ser una de las razones para que de su pluma brote Era la guerra de las trincheras, editado por Sexto Piso, una historieta que narra el lado francés del gran evento bélico que inauguró el siglo XX: la Primera Guerra Mundial. Tardi se enfoca en contarnos el punto de vista de los soldados como si fueran fragmentos de una granada que nos explota en la cara para enterrársenos en los ojos.

Más que nada, el libro se centra en historias cortas de hombres diminutos que se encuentran perdidos y tienen por delante un coloso sediento de su sangre, implacable y furioso; historias, pues, que a todos nos podrían ocurrir si tuviéramos que hacernos cargo de una guerra nueva.

Era la guerra de las trincheras - Portada Sexto Piso
Era la guerra de las trincheras – Portada Sexto Piso

Además, lejos de toda consideración sobre el tema del libro, éste valdría la pena sólo por las ilustraciones que hace el autor sobre la forma descarnada que tienen los conflictos de esta naturaleza, acercándolo más a ser un libro de artista que una historieta común, un compendio de la vida diaria de las tropas más que una herramienta para conocer la historia. Es un libro necesario que no puede faltar en cualquier biblioteca personal.

Era la guerra de las trincheras - Ilustración
Era la guerra de las trincheras – Ilustración

Nace la colección Poesía Sexto Piso y presentan Alfabeto, de Inger Christensen

Portada Alfabeto - Sexto Piso
Portada Alfabeto – Sexto Piso

En un mundo en el que la literatura y el arte se han vuelto un simple divertimento, y han perdido su antiguo peligro y su capacidad de subversión; en un mundo en el que gobierna la usura y la avidez por el dinero, y que se empeña cada día, con ceguera, en la destrucción moral y física del hombre; en un mundo en el que la palabra bondad sufre el escarnio de todos, donde aún en los ámbitos más cultos y responsables, como el editorial, se han impuesto como única meta el pragmatismo y la utilidad, ¿por qué insistir en la poesía?, ¿por qué publicarla?, ¿por qué defenderla? O, como se preguntó Hölderlin: ¿Por qué poetas en tiempos de miseria?

Tal vez la defensa de la poesía hoy puede resultar inocente, gratuita, infantil, irresponsable. Pero nos parece aún más inocente, gratuito e irresponsable no defenderla. Porque creemos que los poetas son los únicos que hoy, en estas circunstancias, pueden prestarnos ayuda. Porque traer a la memoria la gracia y la bondad, olvidadas desde hace mucho tiempo, implica riesgos, los más altos, y alguien tiene que asumirlos. Porque los actos gratuitos e irresponsables son los más hermosos. Porque es necesario defender, reconocer, y creer en la belleza. Porque para terminar con la miseria material hay que vencer antes la miseria del alma. Porque un poema es una de las pocas formas que le quedan al hombre de combatir la servidumbre, y a los poderes que exigen la dominación de su cuerpo y su conciencia. Porque hay quienes nunca renunciarán a su batalla por otra forma de vida, más hermosa, más intensa, más justa. Porque la poesía es un salto mortal o no es nada. Porque es un refugio contra el dolor. Porque un poema es una de las pocas cosas en el mundo por la que vale la pena arriesgarlo todo. Porque es una de las formas más altas del amor.

Esta es nuestra carta de creencia, y pensamos que muchos de vosotros la comparten y se reconocen en ella, que no estamos solos, que hallaremos manos dispuestas a construir, con nosotros, ese momento privilegiado, ardiente, luminoso, en el que la muerte y el tiempo se suspenden, y que sólo ocurre cuando un ser humano se encuentra y se reconoce en un poema.

Gracias por ayudarnos a defender ese instante, y a hacerlo perdurable.

Inger Christensen - Imagen pública
Inger Christensen – Imagen pública

Alfabeto es uno de los libros esenciales de la poesía europea del siglo xx. Hasta hoy era, de forma incomprensible, inédito en nuestra lengua. Es un largo poema cuya forma sigue dos principios de composición. El primero es la secuencia de Fibonacci. Es decir, cada verso es la suma de los dos precedentes: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13… El segundo es el alfabeto. Cada poema, y las palabras que utiliza, sigue el orden de las letras: a, b, c, d, e. Sin embargo, bajo esta forma aparentemente estricta, hay lugar para el azar.

Como en una de las más antiguas tradiciones hebreas, Christensen juega con la materia misma con la que está construido el mundo: las letras, y su misterioso orden. Con ese magma informe y primigenio, recrea el mundo y su destrucción. Verso a verso, letra a letra, va moldeando cada una de las cosas que lo pueblan –el amor, la infancia, la vejez, el olvido, el odio, la muerte, la memoria– hasta que el árbol de las palabras, el árbol de la vida, surge, hermoso e indemne, ante nosotros. Al final, como los vocablos mismos, todo desaparece en un soplo. En los labios no nos queda más que la fragilidad de la vida y de las palabras, y la certeza de que una magia, oculta y aún nombrable, habita en ellas.

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Sobre…

Inger Christensen nació en 1935 en Vejle, y murió en 2009 en Copenhague. Fue poeta, novelista, dramaturga y ensayista. Su obra, considerada la cumbre de la poesía danesa del siglo xx, marcó profundamente toda la literatura escandinava. Fue mencionada, durante años, como una firme candidata para el premio Nobel. Realizó obras en colaboración con diversos músicos y artistas visuales. Recibió numerosos premios, entre ellos el Premio Nórdico de la Academia Sueca, el Premio Siegfried Unseld, el Gran Premio de la Bienal Internacional de Poesía, el Premio Austríaco de Literatura Europea, el Premio Americano y el Premio Europeo de Poesía. Fue miembro de la Real Academia Danesa, de la Academia Europea de Poesía y de la Academia de las Artes de Berlín. Su obra ha sido traducida a más de treinta lenguas.

Yo también me acuerdo, de Margo Glantz

Yo también me acuerdo - Portada
Yo también me acuerdo – Portada

En 1978 Georges Perec publicó un libro llamado Je me souviens (Me acuerdo) compuesto enteramente por breves párrafos que comenzaban con la palabra «Me acuerdo». El libro fue dedicado a Joe Brainard, un artista norteamericano de culto de la segunda mitad del siglo XX que años antes había escrito I Remember exactamente con la misma estructura. Otros grandes artistas y escritores como Pier Paolo Passolini o Zeina Abirached, emularon el ejercicio de contar su vida a través de retazos de la memoria en un libre fluir de ideas, emociones e imágenes que más que tejer un relato, plasman un collage que evoca su vida entera, con sus hondos pasajes y sus triviales acontecimientos.

Yo también me acuerdo es una nueva versión de esta forma de autobiografía tan sui géneris realizada por una de las escritoras y pensadoras más importantes de nuestro país: Margo Glantz. Viajera, grafómana y lectora voraz, Glantz nos ofrece una vista a la punta del iceberg de su memoria. Lo que vemos es un cuadro portentoso que da fe de una mente colmada de vida. El lector tendrá un acceso privilegiado a instantáneas de una existencia febril y exultante, mientras que siente en su interior cómo se inocula la semilla que deviene en un impulso irrefrenable por sentarse frente a una hoja en blanco y escribir la frase «Me acuerdo» para vaciar el contenido de su propia memoria.

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Sobre la autora

Margo Glantz - Imagen pública
Margo Glantz – Imagen pública

MARGO GLANTZ es escritora y viajera. Ha escrito más de veinticinco libros de ensayo y narrativa. Recibió la beca de la Fundación Guggenheim en1996 y dos años después, en 1998, la Rockefeller. Entre 2008 y 2010, el FCE publicó tres volúmenes de sus Obras reunidas, cuyo cuarto tomo está por salir. Ha traducido a Georges Bataille, Tennessee Williams y Michel de Ghelderode, entre otros. Entre los múltiples galardones por su trayectoria se encuentran el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2004 y el Premio FIL 2010.

El arte correo y el gran monstruo, de Ulises Carrión

El Arte Correo y El Gran Monstruo - Portada
El Arte Correo y El Gran Monstruo – Portada

Antes de internet, que de algún modo lo incorpora y rebasa, el arte correo estuvo en el centro de una actividad artística internacional que creía en la colaboración, el intercambio y la participación política.

Ya fuera a través de libros de artista o poesía visual, del arte con sellos de goma o propuestas conceptuales, las últimas vanguardias del siglo xx tuvieron como eje —y muchas veces como origen— las redes efímeras y cambiantes del arte correo, una red marginal de creación que desafiaba las instituciones nacionales y cuestionaba las prácticas y convenciones artísticas. Pese a ser tachado de trivial, el arte correo redefinió la idea de obra colectiva y modificó la labor misma del artista; con su auge, la consabida creación de piezas dio paso a la puesta en marcha de estrategias culturales que subvertían no sólo la estética imperante, sino el orden social.

El arte correo y el Gran Monstruo constituye el segundo volumen del Archivo Carrión, una serie dedicada a rescatar y poner en circulación en el orbe de habla hispana la obra influyente y sin embargo aún en gran parte desconocida de Ulises Carrión. Con la complicidad de Juan J. Agius, anticuario español que conserva los archivos personales del autor, y del escritor Heriberto Yépez, responsable de la traducción y del prólogo. 

Ulises Carrión
Ulises Carrión

Sobre el autor

ULISES CARRIÓN (San Andrés Tuxtla, 1941− Ámsterdam, 1989) fue teórico de arte y escritor post-literario; un creador de contextos complejos y teorías visionarias que se adelantó incluso a los escritores conceptuales. Aunque publicó dos volúmenes ortodoxos de cuentos, La muerte de Miss O y De Alemania, a principios de los años sesenta abandonó la literatura y, de paso, el país. En Ámsterdam, además de crear un sistema postal alternativo y de impulsar una serie de proyectos colectivos que propiciaban lo errático y lo errante, Carrión escribió una serie de textos lúcidos y pioneros sobre las distintas prácticas articuladas por el arte correo, donde revelaba la importancia de esa vía de (contra) comunicación estética y planteaba de forma embrionaria preguntas sobre lo que se volvería común con el advenimiento de internet: apropiación y copy-paste, fiebre epistolar y buzones de alter-egos, interactividad y forwards, anonimato y promiscuidad iconográfica.

Bajo el techo que se desmorona, de Goran Petrović

Bajo el techo que se desmorona - Portada
Bajo el techo que se desmorona – Portada

En una pequeña aldea serbia, durante una tarde dominical del año 1980, alrededor de treinta personajes peculiares se reúnen en el cine Uranija para ver una película. El cine se encuentra en lo que otrora fuera el Gran Hotel Jugoslavija, y su techo está cubierto por un papel tapiz que muestra un cielo estrellado. Tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada del comunismo, el hotel es nacionalizado y proyecta únicamente películas soviéticas y yugoslavas. Sin embargo, desde la ruptura entre Tito y Stalin, en el cine se pueden ver películas occidentales, y esa tarde en particular estará marcada por un dramático anuncio que supuso el fin de una era: la muerte del mariscal Tito.

Con este trasfondo, Goran Petrović ha creado un maravilloso microcosmos serbio, retratando personajes que muestran de una manera por demás irónica los anhelos y contradicciones experimentados por la sociedad serbia durante el convulso siglo xx. Nos encontramos, por ejemplo, con un oficial del Partido Comunista que está tan acostumbrado a aprobar las decisiones de sus superiores que levanta el brazo derecho por reflejo. Y, por encima de los espectadores se encuentra el operador del cine, el señor Svabić, que compone su propia película a partir de pedazos de otras películas, hasta conformar una cinta de catorce kilómetros que funciona como alegoría de una sociedad que a lo largo del siglo luchó para encontrar su identidad entre el caos que produjeron los acontecimientos históricos. El cielo estrellado del cine se desmorona, nos advierte Goran Petrović, y con ello anuncia el fin de una era y de un régimen que, para desgracia de la sociedad serbia, daría paso a otra guerra encarnizada, cuya estela de destrucción sigue vigente hasta nuestros días.

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Goran Petrović - Imagen pública
Goran Petrović – Imagen pública

Sobre el autor

GORAN PETROVIĆ nació en 1961 en Kraljevo, Serbia. Estudió literatura serbia y yugoslava en Belgrado. Entre sus principales obras se encuentran Consejos para una vida más fácil, La isla y los cuentos circundantes, El cerco de la iglesia de la Santa Salvación, Atlas descrito por el cielo, La mano de la buena fortuna y Diferencias; las tres últimas publicadas por Sexto Piso y, en el caso de las dos últimas, galardonadas con el máximo reconocimiento de las letras serbias, el premio NIN.

El patrón, de Goffredo Parise

El patrón - Portada
El patrón – Portada

El joven narrador de esta divertidísima novela llega a una gran ciudad para trabajar en una peculiar compañía situada en un palacio de cristal con un techo puntiagudo. El director es el doctor Max, un excéntrico personaje, melancólico, neurótico e iracundo, que dirige su empresa mediante complejos mecanismos psicológicos basados en una premisa muy sencilla: que todos los empleados son objetos de su propiedad, cuestión que el protagonista comprende desde el comienzo: «Mi felicidad me parecía precaria, pero ahora se va consolidando. Lo que me hace feliz por encima de cualquier otra cosa es haberme convertido en propiedad del doctor Max».

En torno al doctor Max aparecen personajes propios de una fábula clásica; su padre, el doctor Saturno, a quien busca reemplazar como jefe de la empresa; su madre, la doctora Uraza, y su prometida, Minnie, quien se expresa con sonidos onomatopéyicos. Asimismo, el doctor Max cuenta con la ayuda de Lotario, el portero, quien administra al joven empleado unas dolorosas inyecciones cuya finalidad desconoce, y de otros empleados igual de fieles, como el doctor Bombolo, Pluto y Goofy.

El patrón es una fábula sobre cómo los seres humanos pueden devenir en objetos al servicio de las empresas, que se comportan como si fueran entidades con vida propia. En este extraño microcosmos dirigido por el doctor Max a través de una mezcla de reglas exóticas y despotismo, el protagonista atestigua su propia transformación hasta convertirse en una simple parte de una maquinaria de gran tamaño que se mantiene funcionando bajo la condición de utilizar a los seres humanos como si fueran partes desechables e intercambiables.

Goffredo Parise - Imagen pública
Goffredo Parise – Imagen pública

Sobre el autor

Goffredo Parise nació en Vicenza en 1929 y murió en Treviso en 1986. Además de su carrera como escritor, trabajó como periodista en medios italianos importantes, como el Corriere della Sera, y escribió grandes reportajes. Entre sus obras destacan El amo, El cura guapo, Don Gastone, Lontano, Silabarios n. 1 y Silabarios n. 2. Esta última fue galardonada con el Premio Strega en 1982. El patrón recibió el Premio Viareggio en 1965.

Dos viajes al pasado: 300, el nacimiento de un imperio y Las aventuras de Peabody y Sherman

por Jessica Tirado

300: rise of an empire - Imagen pública
300: rise of an empire – Imagen pública

Σ300: el nacimiento de un imperio

La película cuenta la historia de Temistokles, el guerrero griego que mató a Darío, rey de Persia, y desató la batalla para defender la libertad de Grecia. El nuevo rey de Persia no está solo, su comandante es una mujer griega llamada Artemisia, que tiene asuntos personales en contra de los griegos; violenta, brutal y despiadada, ella llevará el peso de toda la narración.

Saltando al director Noam Murro, del que no conozco ninguna producción importante e IMDb tampoco, aquí los importantes son los guionistas y no por que su trabajo sea muy bueno. Por un lado tenemos a Zack Snyder, de quien muchos recordarán Sucker Punch de 2011, donde desperdició un buen reparto y sobre todo una historia que parecía prometer mucho, con una narración lenta, aburrida y sin sentido.

Del segundo guionista al mando de esta historia tampoco tengo buenas referencias. Kurt Johnstan escribió en 2012 Act of valor, película con un alto grado de nacionalismo estadounidense que en su historia pobre, no quedaba justificado, y nada entrañable en esa película; algo se dijo de su formato de videojuego, pero al caso es mejor una consola a desperdiciar dinero y vida en el cine.

Las aventuras de Peabody y Sherman - Fotograma
Las aventuras de Peabody y Sherman – Fotograma

ΣLas aventuras de Peabody y Sherman

Un perro súper genio que habla adopta a un niño humano al que enseña historia de la manera más divertida: viajando en el tiempo, directamente con los actores que fueron parte de ella. Sin embargo, Sherman empieza a ir a la escuela y ahí sus conocimientos poco comunes le hará ganar una enemiga. El Sr. Peabody tratará de remediar las diferencias provocadas por los niños pero todo terminará en una complicada confusión temporal.

Dirigida por Rob Minkoff, del que tal vez su producción más famosa sea Reino prohibido (2008), sabe aprovechar muy bien la narración de Craig Wrigth y nos regala imágenes activas, con tiempos suficientes y necesarios que hacen de Las aventuras de Peabody y Sherman una película con un buen ritmo para adultos y niños.

300: rise of an empire - Fotograma
300: rise of an empire – Fotograma

¿Por qué hablar de películas tan diferentes en una sola reseña? Porque las películas fundamentalmente se alimentan de las problemáticas humanas, y de vez en cuando te encuentras con que tratan de lo mismo, incluso comparten planos y épocas. Algunos podrán decir que los efectos de 300 (2006) ya son clichés de las películas con peleas de la antigüedad pero para quien se anime a ver estas dos películas verán que sobrepasa la simple coincidencia de estar al mismo tiempo en cartelera:

1. Las mueres toman el mando de la narración

Mi abuelo, un machista que murió casi a los 100 años, cuando veía una película siempre decía: nada más aparecen las mujeres y echan a perder todo, y es que en las películas que él veía las mujeres provocaban la narración porque eran débiles y el héroe siempre tenía que salvarlas, pero qué pasa ahora, en ambas películas las mujeres son «cabronas», sí no hay otra palabra para describirlas, tienen iniciativa, son inteligentes, poderosas, un tanto manipuladoras y aparentemente indestructibles, pero aquí nace la pregunta ¿su debilidad al amor y al sentimentalismo se debe al ser escritas por hombres? Lo cierto es que pasan por enojo hacia el héroe masculino, a una batalla épica y finalmente a su sumisión, lo que definitivamente no parece ser un buen «nuevo» formato narrativo, que sigue bajo el yugo de los guionistas.

Relaciones paternas
Relaciones paternas

2. La relación padre hijo

Aunque parece una cuestión más obvia en Las aventuras de Peabody y Sherman, 300: el nacimiento de un imperio también tiene lo suyo en varios niveles. Básicamente, ambas tienen el conflicto muy claro: el padre con poder de acción sobreprotege al hijo que ya esta en edad de explorar sus habilidades en el mundo, pero que se ve atado por las acciones del padre.

El padre pone al hijo en una situación cómoda, donde aprende todo y tiene su primer enfrentamiento con los peligros del mundo, entonces el hijo sale de la zona de confort y, desobedeciendo al padre, lucha en su propia batalla, el padre intenta protegerlo pero se da cuenta que su hijo ya está listo para el mundo y lo acoge como colega.

Artemisia y Penny
Artemisia y Penny

Para terminar, no puedo decir que ambas películas son recomendables porque mucho depende los gustos personales sobre la estética de las películas, pero creo que Sr. Peabody y Sherman es muchísimo más redonda y mejor narrada.

Por cierto, las dos enseñan una verdad universal: nunca, en ninguna época y bajo ninguna circunstancia, hagan enojar a una mujer, porque será una enemiga letal.

En el bosque, de Katie Kitamura

En el bosque - Portada
En el bosque – Portada

En una sociedad colonial que podría ser cualquiera y ninguna, Tom vive con su padre y sus decenas de sirvientes en la inmensa propiedad familiar que tomaran cuando llegaron los primeros colonos a esa tierra, más de cuarenta años antes. La granja es el único mundo que Tom conoce. Todo, incluidas las relaciones de dominación con sus criados, le resulta tan natural como inevitable. Por eso, cuando escucha en la radio un discurso incendiario arengando a los nativos en contra del opresor blanco «apenas entiende las palabras, le suenan a tonterías guturales». El precario equilibrio que guarda un entorno que ha empezado a cambiar sin que tengan la capacidad de advertirlo se ve alterado con la llegada de Carine, una chica destinada a ser la esposa de Tom, con quien el padre pronto establece un feroz triángulo amoroso en un intento desesperado de aferrarse a un poder que ya no le pertenece. Al entrelazar de manera magistral el derrumbe de dos mundos, el colonial y el familiar, Katie Kitamura ha plasmado en su novela aquella idea de que el colonialismo es ante todo un fenómeno mental. La explosión de un volcán cubre todo de cenizas que dificultan la respiración, y tanto Tom como su padre, la chica y los criados intentan mantenerse a flote, alentados por el miedo a lo desconocido y por la incertidumbre del mundo que encontrarán una vez que el viento haya soplado con la fuerza necesaria para llevarse las cenizas.

→Se ha dicho de la novela

«En momentos uno piensa tanto en Coetzee como en Gordimer, pero Kitamura es una escritora por derecho propio, y le hace sentir a uno intensamente la tragedia de sus tres almas perdidas».

Salman Rushdie

«Una novela desnuda, urgente y hermosa… Los personajes y las imágenes de En el bosque siguen acechándome, un tributo a su duradero poder emocional y a los extraordinarios dones de su creadora».

Siri Hustvedt

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Katie Kitamura - Imagen pública
Katie Kitamura – Imagen pública

Sobre la autora

KATIE KITAMURA nació en 1979 y pasó su infancia y su juventud entre Japón y California. Reside en Nueva York, y en 2009 publicó The Longshot, finalista del Premio New York Public Library’s Young Lions Fiction. Ha trabajado como consultora creativa para The Pervert’s Guide To Cinema, la tercera parte de la serie documental realizada para Channel 4 por el filósofo y psicoanalista Slavoj Žižek. Además, ha escrito para importantes medios de comunicación, como The Guardian, The New York Times y Wired, y es colaboradora habitual en Frieze y Art Monthly.

Jota Erre, de William Gaddis

Jota Erre - Portada
Jota Erre – Portada

Considerada por un crítico como «la mayor novela satírica de la  historia de la literatura americana», Jota Erre le valió a William Gaddis el National Book Award. Su protagonista es un entrañable niño de once años, Jota Erre Vansant, que construye un imperio de papel sin más elementos que un teléfono y una galopante ambición que carece de escrúpulos. Escrita en el inconfundible estilo gaddisiano de caos fragmentario, Jota Erre es una despiadada burla de la perversión del sueño americano y de cómo los valores de acumulación individualista conducen de manera inevitable al caos y la desestructuración. Construida principalmente mediante diálogos, la intención de Gaddis era que Jota Erre reflejara su visión de la sociedad contemporánea como «un caos inconexo, una tormenta de ruido». Al igual que en su novela póstuma, Ágape se paga (publicada por Sexto Piso en 2008), encontramos aquí, de manera más profunda y detallada, otras de las grandes obsesiones del autor: cómo el arte se corrompe mediante la mecanización de la vida cotidiana, y la preeminencia indiscutible de los valores asociados con la acumulación y la avaricia. Al igual que algunas novelas monumentales han pasado a la historia como retratos imperecederos de determinadas épocas, Jota Erre recoge de manera magistral el auge y el declive de la sociedad americana, que resulta fundamental a la hora de comprender la trayectoria del mundo occidental y la profunda crisis existencial en la que se encuentra inmerso.

William Gaddis - Foto pot Ulf Andersen
William Gaddis – Foto pot Ulf Andersen

→Lo que se ha dicho sobre la novela

«Jota Erre de William Gaddis se destaca apareciendo con la ominosa contundencia de aquel monolito en 2001: una odisea espacial. Y la imagen no es casual o gratuita; porque Gaddis es a la ficción Made in USA lo mismo que Stanley Kubrick al cine de los Estados Unidos: no un fuera de la ley sino alguien que supo redactar y obedecer sus propias leyes. De hecho, el admirador Jonathan Lethem ató cabos y propuso que “tal vez algún día encontremos un manuscrito de William Gaddis enterrado en la luna”».

Rodrigo Fresán, Las cosas de la velocidad 

«¿Qué es el dinero? Papel impreso cuyo valor efectivo depende de un juego complejo de instituciones económicas y financieras. ¿Qué es la literatura? Papel impreso cuyo valor simbólico depende de instituciones culturales y cuyo valor real depende cada vez más de instancias económicas como el mercado. El dinero es el fundamento primordial del modo de producción más importante de la historia, el capitalismo. La literatura es el arte menos apreciado por el capitalismo y el más cualificado, por tanto, para desnudar sus entresijos, ficciones e imposturas. Las relaciones críticas entre capitalismo y literatura se remontan hasta el siglo diecinueve, con algunas novelas de Zola como exponentes significativos. Esta inmensa novela de William Gaddis representa la culminación creativa del polémico diálogo entre la gratuidad del arte y la ideología del capital. (…)En la era de la globalización digital y la más grave crisis sistémica de la historia, la actualidad de Jota Erre es total. Si cuatro décadas después de su publicación no podemos imaginar una alternativa al capitalismo no es, desde luego, culpa del gran Gaddis ni de los inteligentes seguidores de su estela intempestiva. Quizá antes de pensar en cambiar el mundo deberíamos aprender a conocer mejor sus dispositivos leyendo novelas como esta».

Francisco Ferré, Diario Sur

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William Gaddis - Imagen pública
William Gaddis – Imagen pública

Sobre el autor

WILLIAM GADDIS nació en Nueva York (1922) y es considerado uno de los grandes escritores norteamericanos del siglo XX. Poseía la arraigada creencia de que «los escritores debían ser leídos y no vistos», por lo que siempre fue propenso a la reclusión y estuvo rodeado de cierto halo misterioso que incluso condujo a que por momentos se pensara que él y Thomas Pynchon eran la misma persona. Jota Erre obtuvo el National Book Award, al igual que Su pasatiempo favorito. Sexto Piso está publicando su obra completa, de la cual han aparecido Ágape se paga, Gótico carpintero y, después de Jota Erre, vendrán Los reconocimientos, Su pasatiempo favorito y el libro de ensayos La carrera por el segundo lugar. Gaddis murió en 1998.